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Además del caso destacado de Veracruz, los servicios oficiales de empleo de Oaxaca y Tabasco también fungen como promotores de algunas empresas situadas en Querétaro, las cuales recurren a la captación foránea de mano de obra para mantener su operación.
“Atención Oaxaca. ¿Te gustaría vivir en Querétaro y trabajar en Liverpool Antea? Preparatoria (preferentemente), de 20 a 50 años, apoyo para cambio de residencia, transporte de personal (noche), descuento de empleado, tarjeta de crédito”, se lee en un anuncio de color rosado, pero que también aloja la imagen gráfica del Servicio Nacional de Empleo de Oaxaca, dependencia de la STPS que lo difunde tanto en sus redes sociales como en ferias regionales.
“Oaxaca. Guardia de seguridad para Querétaro (GESCORP). Apoyo de hospedaje. Saber leer y escribir, de 18 a 55 años. Informes en el SNE”, se lee en otra cartelera.
“Villahermosa, ayudantes generales. Trabajo para Querétaro (Samsung). Apoyo en hospedaje, servicio de transporte, comedor, uniforme, salario semanal competitivo”, difunde en los mismos términos que en Veracruz y Oaxaca el Servicio Nacional de Empleo de Tabasco.
El análisis realizado por este diario a los servicios nacionales de la STPS incluyó el portal y redes sociales de la delegación Querétaro, aunque en este caso, salvo una propuesta para trabajar en un barco anclado en el puerto de Mazatlán, sólo se localizaron ofertas de interés local.
Migración vs. emigración.
De acuerdo con datos actualizados a 2015 del Consejo Nacional de Población (Conapo), la mitad de los migrantes internos del país –6.5 millones– procedieron de cinco estados expulsores: Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Puebla y Michoacán.
En contraste, los cinco primeros receptores de migrantes fueron: Quintana Roo, Baja California Sur, Querétaro, Colima y Campeche; absorbiendo en conjunto al 38%, que equivale a dos millones 470 mil personas.