Mientras se le acompaña a bordo del taxi que la trae de su trabajo, en San Juan del Río, y la lleva a su casa, en el municipio hidalguense de Tlaxcalilla, Elena dice estar contenta de que su empresa le pague cada noche la tarifa, que es de 350 pesos por un traslado de 38 kilómetros.
Como ella, unas 300 obreras de la firma maquiladora Harada Industries, de capital japonés, tienen como prestación nocturna el pago de taxis para volver a sus casas, sin importar donde vivan.
Entre 70 y 80 unidades de la agrupación de choferes Radio Taxi de SJR son convocadas en punto de las 19:30 horas, de lunes a jueves, para llevar hasta sus domicilios a las obreras que realicen “dos horas extras” pagadas para la industria nipona.
De acuerdo con el chofer, una mitad de los taxistas contratados viajan a comunidades suburbanas de SJR, 20% a municipios vecinos como Tequisquiapan o Amealco, el resto a poblaciones hidalguenses, tales como Tlaxcalilla, Huichapan o Ixmiquilpan.
Cada uno de estos trayectos se lleva a cabo en la modalidad de “colectivo”, llevando cada vehículo entre una y tres jornaleras, dependiendo del destino.
Sin poder precisar el importe que la empresa de taxistas factura por dicho servicio al fabricante de antenas automotrices, el manejador sólo tiene certeza sobre lo que reciben los choferes por dejada: entre 80 y 400 pesos.
Con 24 años, jefa de familia con dos hijos, Elena agradece la prestación laboral, no sin dejar de advertir la paradoja de que su salario, de 143 pesos diarios, sea tan inferior al costo que tiene regresarla a casa en taxi.
“Apoyar a nuestro personal con los horarios y costos del transporte público, así como velar por su seguridad, tratándose de mujeres, son las razones por las que nuestra empresa otorga la prestación del taxi nocturno”, explica a este diario Rogelio Fajardo González, director de relaciones industriales de Harada Industries.
“Enviar a nuestra gente en taxi nos sale más caro... Nuestra visión de empresa se rige en Japón y nos tomamos muy en serio la responsabilidad social: preferimos estar seguros de que las chicas lleguen hasta la puerta de sus casas, que enviarlas en un transporte que a lo mejor las dejaría a pie de carretera”, añadió.
De acuerdo con el ejecutivo, el uso de radio taxis proporciona a la empresa mayor flexibilidad, ya que éste es utilizado con diferente periodicidad y número de vehículos, adaptándolo a las necesidades productivas de la empresa.
“Hemos usado camiones, pero los choferes nos exigían llenarlos con 45 lugares para cada ruta... No queremos que la gente se ajuste al transporte, sino que éste se adapte a nuestra gente. Nos deja más tranquilos dejarlas en la puerta de su casa”, dijo.