Más Información
“A las personas físicas, ahora les resultará más fácil tejer un chal poblano, con punto de cruz, antes que hacer un CFDI (Comprobante Fiscal Digital por Internet). Las empresas, deberán contratar a un licenciado en CFDI para poder trabajar”.
Gilberto Peña Cruz, contador público y abogado, dice en entrevista con este diario “no estar exagerando” cuando recurre a los ejemplos anteriores para dar una idea de “lo complejo que resulta para el contribuyente común hacer una factura mediante el nuevo sistema 3.3”.
“El exagerado es el SAT que nos llena de obligaciones. Y no digo a mí, que ayudar a cumplirlas es mi trabajo, sino a la gente pobre, la que de milagro pone un negocio, la gente de los estanquillos. Para una señora humilde, de 60 o 70 años, con un changarrito, es darle demasiadas obligaciones exigirle que le haga un pago al SAT vía Internet”, dice.
“Los municipios abruman al pequeño comercio con licencias, mientras que el SAT los abruma con la contabilidad. Llega un momento en que truenan. Se desmotiva la gente de poner negocios, por ello la economía no anda bien. Estas políticas amplían el número de causantes que serán incumplidos”, considera.
Gilberto Peña, Contador Público y Abogado. (Foto: Obture press)
En ánimo reflexivo, Peña Cruz dice no entender cómo es que el SAT, teniendo de su lado la tecnología para simplificar el pago de impuestos, o con antecedentes que han incentivado los negocios, como fue la época en que se podían deducir los gastos en cualquier restaurante, algo que impulsó al sector hotelero y restaurantero, “ahora nos salga con una versión que convierte el hacer una factura en toda una ciencia, complicada y difusa”.
“Con tanto lío para hacer un CFDI, incentivan el mercado de cursos de facturación y el trabajo de los contadores. Si alguien pensaba que éramos una especie en extinción, se equivoca, nos volverá un mal necesario.”