La campaña “está padre, porque somos realmente las mujeres quienes realmente venimos y sacamos la basura y vemos esto. Desde que salí de mi casa me llamó la atención (el camión color rosa) y que se acerquen y nos brinden información se me hace muy interesante, sobre todo creativo”, dice Lizbeth Borges, vecina de La Loma, quien al salir a tirar la basura también recibió información sobre la prevención del cáncer de seno. Información que puede salvar vidas.
El día no termina de llegar cuando los camiones recolectores de basura comienzan a salir de su depósito, en la zona de Mompaní. Eladio Zaragoza Domínguez conduce el camión rosa que promueve las medidas de prevención contra el cáncer de mama.
Eladio, hombre corpulento, viste sin problema su camiseta rosa, la cual portará todo el mes, para crear conciencia entre la población sobre la importancia de la autoexploración, la realización de mastografías anualmente, así como llevar una vida saludable.
El ex conductor de transporte público y desde hace cuatro meses en Red Ambiental, señala que la respuesta de la gente a la Campaña Rosa 2017 ha sido muy buena. “Toda la gente ha sido muy comprensiva con esta campaña contra el cáncer, ya ve que se tienen muchas amas de casa”.
Eladio recibe de su supervisor un buen número de dípticos para repartir entre los habitantes de La Loma y Villas de Guadalupe, junto con sus compañeros, Arturo Ledesma y Pedro Francisco Montes. Los tres visten de rosa, orgullosos de formar parte de esta campaña, pues junto con su camión crean conciencia entre la población.
Todavía hay oscuridad en el cielo, pero Ana Bertha García, vecina de esa comunidad sale a tirar su basura. Eladio se apresura, baja con los folletos en la mano y le extiende uno. La mujer lo toma, intenta leer la información bajo la luz de una lámpara del alumbrado público. Cuando ve de qué se trata, la guarda en su ropa.
Ana Bertha señala que este tipo de campañas son buenas, pues muchas mujeres no le dan la importancia requerida a esta enfermedad, puesto que no saben del peligro que representa para sus vidas no detectarlo hasta que el mal ya está muy avanzado.
“Las mujeres lo toman como algo ligero y en realidad hay que darle mucha importancia. Está bien la información que nos dan”, indica y se apresura a regresar a su domicilio.
Poco a poco las sombras se disipan. Lo que empezó como un trabajo de madrugada, con un aire frío y en total soledad en las calles, se vuelve en una actividad visible. La gente sale a dejar sus bolsas, ya sea directamente en el camión o en la esquina, donde llegarán Eladio, Arturo y Pedro por ella.
El equipo rosa avanza en su ruta. Eladio observa en la esquina a una joven, a quien le regala un folleto. Se trata de Berenice Martínez Escoto, una estudiante de 18 años de edad, quien explica que le pareció raro que el camión fuera rosa. “Dije: Oh, Dios. La pantera rosa”, bromea.
Sin embargo, asegura que este tipo de campaña son muy importantes, pues llaman a la prevención y detectado a tiempo el cáncer, se puede recibir un tratamiento que permita erradicarlo. Asimismo, agrega que los camiones rosas son muy llamativos.
Las calles de La Loma despiertan. Se ve en ellas a más personas que salen a trabajar, otros a jugar futbol, a la escuela, a cursos sabatinos, todos tienen sus ocupaciones. Un carro de tamales hace acto de presencia. Mientras el equipo de Red Ambiental avanza en su ruta. Su jornada, si bien les va, culminará poco después de medio día, luego de cubrir su itinerario.
Lizbeth, mujer de 34 años, alta y de complexión delgada, dice: “Me gusta la campaña, qué bueno que el gobierno esté haciendo este tipo de cosas, está muy bien”. Señala que por su trabajo como instructora en un gimnasio se tiene que levantar temprano, pero hasta el sábado en la mañana pudo ver el camión, que dice, es muy bonito.
Agrega que contará a sus compañeras y amigas del gimnasio “el dato curioso” del camión de la basura pintado de rosa, y sobre todo la información que está haciendo llegar a las mujeres, pues, asegura, “a todas nos interesa. Tenemos mamá, suegra, tías... todas mis compañeras son más grandes que yo y, obviamente, seguro les haré llegar esta información”.
Lizbeth vuelve a su hogar, enfundada en pants grises y sudadera rosa, que combina con el color del camión y de la campaña que se anunció el martes pasado por parte de Red Ambiental, el municipio de Querétaro, Grupo Reto y otras organizaciones.
El camión avanza lentamente por las calles empedradas. La actividad en las mismas es cada vez mayor. Personas que salen a comprar el desayuno, a la tienda por un litro de leche. Aprovechan para saludar al vecino, a la vecina, al amigo y hacen comunidad.
La información no es exclusiva para las mujeres. También los hombres reciben folletos para que ellos mismos sepan de este padecimiento, debido a que no está exento de este padecimiento el género masculino. Salvador López Enríquez platica con un compañero de trabajo en la calle cuando reciben un folleto por parte de Eladio.
El joven le dice a Salvador que porqué les dan a ellos esa información, pero le responde que “a los hombres también nos da”. Don Chava considera que este tipo de campañas son positivas, pues familiares cercanos padecieron cáncer de mama, pero sobrevivieron, gracias a que se los detectaron a tiempo.
“Esto más que nada es de prevención, es preventivo, porque muchas personas lo que hacen es que cuando sienten dolor o algo, es cuando van al doctor. Este tipo de campañas hacen que la gente prevenga esos males”, asevera.
Comenta que esta información la compartirá con sus sobrinas, así como con el esposo de su hermana, su cuñado, cuyas hermanas fueron quienes padecieron cáncer. A una de ellas le extirparon un seno, mientras que otra “alcanzó a librar” esa fase, aunque, dice, “se las vieron bien duras”.
Eladio y sus compañeros continúan con su recorrido. Lo que resta del mes vestirán uniforme rosa y su camión, con el nombre Verónica tendrá la misma cromática.
Junto con esta unidad, otras dos —incluida la pequeña unidad eléctrica que brinda servicio en las calles del centro por la noche y otro camión de tamaño mediano llevarán su mensaje de prevención—, con el objetivo de crear conciencia entre toda la población, pero principalmente entre las mujeres sobre el valor e importancia de la autoexploración y las revisiones médicas constantes.