Emiliana Luna Garduño, una pequeña de 9 años, fue la única de los 13 niños (12 niñas y un niño) que combinó el tradicional color blanco que se utiliza para las primeras comuniones, con una falda roja como las que utilizan las peregrinas.

También era la única con sombrero. De hecho, desde hace cuatro años ella participa en la peregrinación que sale de Querétaro rumbo al Tepeyac partiendo desde la capital, gracias a su familia que ha sabido inculcar la devoción hacia la Virgen de Guadalupe.

Pero hacer su primera comunión este año era lo importante, y qué mejor que recibir por primera vez el sagrado sacramento en una ceremonia sin igual, frente a más de 15 mil fieles guadalupanas y de manos del obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz.

Un momento que no olvidará ni la pequeña ni tampoco sus padres: Guadalupe Garduño y Rodrigo Luna, se trató de un anhelo compartido entre madre e hija que lograron hacer realidad.

Emiliana cumplió su cuarto año como peregrina, quien sigue los pasos de su madre que este año sumó su peregrinación número 18 a su cuenta y quien ha sido la encargada de formar una familia de peregrinos, su esposo y su hijo menor, también caminan a su lado cada año.

Son cuatro años consecutivos los que la familia Luna Garduño ha completado su visita al Tepeyac. Tanto Guadalupe como Rodrigo ya habían vivido la experiencia en años anteriores aunque dejaron de asistir por algún tiempo, por lo que desde 2014 se determinaron a retomar su andar pero ahora, para compartir su devoción en compañía de sus hijos.

Guadalupe Garduño platicó que era muy importante para ellos el que Emiliana hiciera su primera comunión en una fecha tan especial, durante la celebración de los 100 años de las apariciones de la Virgen María de Fátima, una misa que se celebró a cuatro días de la llegada de las peregrinas queretanas a la Basílica.

“Estoy muy agradecida con la Virgen de Guadalupe, me ha hecho muchos milagros y siempre había tenido la ilusión de que Emiliana hiciera su primera comunión, algo que le propuse desde el año pasado y le gustó mucho la idea, y ahora estamos muy contentas porque mi sueño que compartí con ella lo hicimos realidad”, comentó la madre de familia con EL UNIVERSAL Querétaro.

Lupita relató que para que Emiliana pudiera ser una de los 13 niños que realizaron su primera comunión, que se incluyeron en la celebración eucarística de ayer en el parque 'El Llano', cumplió con su catecismo en su parroquia desde hace un año para obtener una carta firmada y sellada por el párroco con la que se validó su preparación y la trajeron al lugar para la ceremonia religiosa.

“Estoy muy contenta, algo que le decía a mi marido es que me gustaría que cuando mi hija esté viejita recuerde que hizo su primera comunión en la peregrinación, que su mamá la trajo, quiero que ella siga con la misma devoción y fe que le tengo a la Virgen de Guadalupe y que ella siga peregrinando”, añadió Garduño.

Después de iniciar su caminar desde el Templo de la Congregación de la capital queretana, el pasado sábado, la madre guadalupana consideró que aunque el clima cambia constantemente durante su andar. “Todo ha sido una gran experiencia, lluvia, calor, cansancio pero la verdad es algo que si lo vives nunca te arrepientes”, aseguró.

Así como con Emiliana, Lupita también vivió la peregrinación muy joven hace 18 años gracias a sus padres.

“Estaba chiquita, veía a la gente como rezaba y cantaba, como ahora veo a mi hija que se emociona, canta y salta, eso fue lo que me llamó mucho la atención. Después le empecé a pedir a la Virgen favores e intercedió por mí, así que por eso estamos aquí para agradecerle todo lo que nos ha dado”, platicó la madre de familia, quien a cuatro días de llegar a su destino, el altar de la Virgen de Guadalupe, reveló que tiene sentimientos encontrados.

“En primer lugar, me da alegría por cada día estar más cerca y también nostalgia porque es algo que sólo se vive una vez al año, es tanta la ilusión con la que esperas la peregrinación que se pasa rapidísimo", reveló la peregrina que también participa dentro de la Vanguardia del comité organizador.

Por su parte, Rodrigo, padre de Emiliana, también es un entusiasta peregrino, aunque reconoció que prefiere llegar a la Basílica de Guadalupe de la mano de toda su familia.

“Me han dicho que haga la peregrinación con los hombres pero sinceramente le encuentro más sentido venir con mi esposa e hijos. Vengo de maletero, niñero, guardia, pago los baños, todo para que estén lo mejor que se pueda, pero lo importante es estar juntos y la convivencia que se genera con la peregrinación”, afirmó el padre de familia, quien se siente orgulloso por ayudar que las tradiciones trasciendan entre las nuevas generaciones.

“Nos gusta venir a los cuatro, porque también tenemos un niño de tres años que lleva cuatro años peregrinando, la primera vez desde que estaba embarazada Lupita de él y los tres años posteriores no ha faltado”, contó.

Y todos juntos como familia experimentan la emoción de peregrinar de Querétaro al Tepeyac, aunque el día de ayer fue muy especial para Emiliana.

La única con vestido rojo con blanco y su sombrero, pequeña peregrina que hizo su primera comunión dentro de la peregrinación femenil el día que se festejó el centenario de las apariciones de la Virgen María de Fátima.

Guadalupanas jubilosas

La kilométrica columna de la edición 58 de la peregrinación femenil desde Neblinas, en la Sierra Gorda, hasta la Basílica de Guadalupe llegó al parque 'El Llano' en la localidad de Jilotepec, en el Estado de México.

Un total de 173 grupos de fieles peregrinas guadalupanas pintaron de azul y blanco el verde paraje mexiquense, al mediodía el sitio fue la sede para la celebración eucarística en la que también se festejaron 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima.

Luego de pasar la noche en Arroyo Zarco, las mujeres caminantes madrugaron para trasladarse a la comunidad El Saltillito donde ayer hicieron su primer descanso sin resentir los menos de 13 grados que se sintieron antes de clarear el alba en la zona durante varias horas.

Kilométrica columna

La presidenta del Sistema Estatal DIF, Karina Castro de Domínguez, llegó al punto de descanso minutos antes de las 9 de la mañana, donde esperó el reinicio de la peregrinación para sumarse a su andar con rumbo al parque 'El Llano'.

En punto de las 9:30 horas la kilométrica columna reanudó su caminar entre cánticos y rezos. Un camino de 10 kilómetros sobre la carretera que va a Jilotepec, por lo que la coordinación de los elementos de logística y el apoyo de cuerpos de seguridad de la localidad fue de gran importancia pues el contingente avanzó por uno de los dos carriles que conforman la vialidad.

Transcurridos 10 kilómetros, alrededor de las 11:00 horas, cuando la punta de la peregrinación llegó a la entrada de 'El Llano', las caminantes fueron recibidas por el obispo Faustino Armendáriz.

Durante el ingreso de los decanatos los cantos a la guadalupana se intensificaron. Después entró la capilla móvil y luego una gran imagen de la Virgen de Fátima, que las peregrinas recibieron con más cantos y agitando globos azules y blancos.

A las 12:00 horas comenzó la misa auspiciada por el obispo Faustino Armendáriz, con especial atención en los 13 niños que hicieron su primera comunión.

“A lo largo de esta ruta de fe hemos insistido en que es una oportunidad para hacer nuestros ejercicios espirituales, para hacer nuestro discernimiento de vida, fortalecer nuestro proyecto y preguntarnos qué es lo que Dios quiere para nosotros y lo que se debe dar como correspondencia a él. Aprovechen su participación en la peregrinación de Querétaro al Tepeyac para sembrar la semilla del evangelio y la eucaristía en sus familias, hijos y esposos”, comentó.

Después de la celebración eucarística en la que los 13 niños recibieron por primera vez el sacramento de la comunión, algunos pequeños peregrinos pasaron al frente entre el altar móvil y las miles de peregrinas para soltar decenas de aves, escena que enmarcó un emotivo final de la ceremonia.

Karina Castro acompañó en todo momento a las fieles guadalupanas, y al término de la homilía compartió con algunas de ellas una comida que habían preparado para la ocasión.

Por la tarde, las romeras queretanas retomaron su caminar con la intención de llegar al municipio de Jilotepec, donde pasaron la noche y madrugar el día de hoy para enfilarse a los últimos tres días que restan para que lleguen a su destino, el altar de la Virgen de Guadalupe.

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