Movidos por la filantropía, ocho estadounidenses, miembros activos de AOPA (Asociación Americana de Ortesistas y Protesistas), arribaron a las instalaciones de Crimal, organización dedicada a la rehabilitación integral de personas con discapacidad motriz, para realizar una labor altruista en beneficio de 22 pacientes queretanos.
Desde su fundación, en 1993, la institución ha recibido la colaboración de protesistas certificados provenientes de diferentes puntos de Estados Unidos, quienes durante su estancia donan algunos de los componentes de las prótesis requeridas, y participan, tanto en la fabricación de brazos y piernas artificiales, como en el programa de rehabilitación. “Ellos se dedican a fabricar prótesis de acuerdo a las necesidades de cada persona, y lo hacen siempre con la finalidad de que vuelvan a retomar las actividades que realizaban antes, mediante un programa completo de rehabilitación”, señaló Eduardo Vázquez Vela, director de Crimal.
Anualmente hacen entrega de 120 prótesis, cuyo precio es pagado sólo en un porcentaje por el beneficiario —en algunos casos apoyado por instituciones públicas como el DIF— que varía de acuerdo a su situación socioeconómica.
En su primera visita de este año, los voluntarios, en colaboración con el personal del centro, atendieron a 22 pacientes de entre 3 y 92 años. María Isabel Fajardo, de 87 años, fue una de ellas. A causa de una complicación por diabetes le fue amputada su pierna derecha: “Me pegó una enfermedad y por eso tuvieron que mochármela, porque ya no tuvo remedio. Ahora me siento muy contenta, porque en cuanto comience a caminar me pondré a hacer un poquito de quehacer en la casa”, compartió con una sonrisa. Sus hijos, María Asunción y José Luis González, dedicados al hogar y el trabajo en el negocio familiar —un taller mecánico—, pagarán poco a poco la cantidad de 55 mil pesos —el costo total de su rehabilitación— con tal de elevar su calidad de vida.
Usualmente, una prótesis localizada por debajo de la rodilla, está valuada en Estados Unidos en 25 mil dólares, o en 50 mil, cuando abarca por encima de la rótula. En la organización, el servicio, que incluye todo el tratamiento, tiene un costo de 25 mil pesos, o 55 mil, según sea el caso.
Para su adecuada recuperación, cada paciente debe pasar por diferentes áreas de manera simultánea: sicológica, médica, de prótesis y órtesis, así como terapia física, en las que se da seguimiento a su proceso, hasta que pueda reintegrarse a la sociedad.
“Si estas personas se reintegran a la vida activa pueden volver a ser proveedores para sus familias y contribuyentes del estado”, compartieron los especialistas, quienes aseguran que el costo para los gobiernos es menor si se les proporciona atención integral.
Con gran empatía, los voluntarios interactuaron con los pacientes durante las diferentes sesiones, en las que algunos mostraron sus propias prótesis para demostrar que no hay ninguna situación que les impida retomar sus proyectos vitales. Fue el caso del sicólogo protesista, John Kenney, quien a la edad de 7 años perdió su pierna cuando fue arrollado por un automovilista. “Para mí fue una bendición, porque gracias a esa situación encontré mi misión en esta vida”, relató. Actualmente lleva 23 años colaborando con Crimal.
De acuerdo con Vázquez Vela, en México existen 900 mil personas amputadas, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Inegi; cifra que va en aumento, principalmente por causas como la diabetes, el cáncer y diferentes tipos de traumatismos. Por lo anterior, subrayó, es necesario que los gobiernos se involucren en la prevención y la atención de estos padecimientos.
Con motivo del 25 aniversario de la organización, el 21 de abril, Crimal dará lugar a una gran celebración en sus instalaciones, donde serán honrados sus fundadores, Arturo Vázquez Vela y Junior Odom, por su importante labor en pro de los derechos de las personas discapacitadas.