En Querétaro como en cualquier región del mundo, el Año Nuevo se recibe con la práctica de rituales que forman parte de la cultura popular o son parte de algunas creencias religiosas. Una de las prácticas que los queretanos realizan para recibir el Año Nuevo está relacionada con la cultura oriental, mediante ritos que son conocidos como Feng Shui.
A pesar de que el Año Nuevo dentro del Feng Shui iniciará hasta el próximo 4 de febrero, las tradiciones también pueden ser aplicadas este primero de enero.
Dentro del Feng Shui cada año está regido por un animal, por eso el 2018 dentro del año lunar chino, estará protegido por la benevolencia del signo del perro y por la profundidad y estabilidad del elemento tierra.
De acuerdo con el libro “2018 El año del Perro” de Mónica Koppel, este año será un periodo bastante equilibrado en términos de energía, y en cuanto a la relación entre los cinco elementos de la cosmología china, que son fuego, tierra, metal, agua y madera.
También explica que los colores a usarse para recibir el año 2018 son aquellos que simbolizan el elemento madera, que es el verde, y el elemento agua representada por el azul y el negro.
En el libro se explica que la influencia del elemento tierra se expresa tanto por un mayor poder de introspección analítica del universo, como por la curiosidad y la exploración de nuestra condición humana a través de la calmada confrontación de nuestros propios miedos y ansiedades.
Doña Maguito, quien tiene más de 30 años dedicada a la curación de auras y venta de amuletos en el mercado Escobedo, explicó que para este fin de año lo más solicitado es todo aquello que atrae el amor, dinero y para abrir caminos.
Para el amor, uno de los talismanes más solicitados es el amuleto llamado chupa rosas, que es un pajarito. Doña Mago aseguró que, además de servir para atraer el amor de pareja, también es para estar en armonía con todas las personas.
“Hay atracción de amor en baños, para que limpien su aura y el Año Nuevo llegue con buena vibra; piden ramos compuestos para baños, hay que hervir las hierbas, se hace su baño normal y es un enjuague el día último para el primero, es en la medianoche del 31”, puntualizó.
En lo referente al año nuevo chino, reiteró que este año es del perro de tierra, por lo que ella también tiene amuletos, además de que aseveró, ha sido muy solicitado por sus clientes.
“El amuleto del perrito los chinos lo usan, usan animales para protección, este año es el del perro y ese se lo han llevado bastante, cargarlo como amuleto o tenerlo en la casa, traerá dinero y abundancia… El amuleto cuesta desde 25, hasta el más grande, depende como el cliente lo pida”, explicó.
Otra de las tradiciones, que dijo, son más usadas y compradas es la charola con 12 veladoras de diversos colores, las cuales explicó, deben ser encendidas el primer día de cada mes, iniciando el 1 de enero.
“En enero es color oro, para atraer la prosperidad; febrero es color blanco, para atraer la serenidad, la armonía en nuestros hogares, y la paz del mundo entero; marzo está representado por el color rojo, para alimentar el amor, las pasiones, el romance y las relaciones de pareja; el mes de abril, será encendida la color amarillo, para atraer la felicidad y que en el hogar siga la abundancia y la prosperidad, así como la salud, que es la base de la felicidad.
“Para mayo es la de color morado o violeta, que sirve para atraer el éxito, y que todos los proyectos habidos y por haber prosperen y tengan un feliz término; en junio una velador color azul cielo, para atraer la calma y la paz espiritual, para que todo nuestro entorno esté lleno de espiritualidad. El primero de julio es el color rosa, para la armonía de pensamientos, para que nuestra mente se fortalezca con los conocimientos sanos que nos ayudarán a ser más óptimos en nuestro desempeño profesional y espiritual”, detalló.
El resto de los meses con el color de vela, refirió, son los siguientes: agosto el color verde, para que las esperanzas se sigan fortaleciendo, y para que renazcan los sueños de los que luchan; en septiembre una naranja, para que se alejen de nosotros cualquier influencia o energía negativa, o los espíritus que andan perdidos y que podrían perturbar nuestra tranquilidad y equilibrio; en octubre una vela azul marino, para que se fortalezca nuestra protección y no nos falte el trabajo; en noviembre el color cobre, para revitalizar las fuerzas y el coraje, y no rendirnos en el camino; y diciembre es una vela color plateado, para que el dinero y todo lo material se reponga en abundancia, para que se fortalezcan las relaciones de negocios.
Para que este tipo de limpiezas, ritos, amuletos o talismanes funcionen, manifestó Doña Mago, las personas deben tener fe en lo que hacen o transportan.
Cada familia hace diferentes tipos de cenas para despedir el año viejo y dar la bienvenida a uno nuevo, hoy en día esto también tiene que ir adecuado al presupuesto de cada hogar, pero las 12 uvas, no pueden fallar.
A pesar de ser una tradición española, el comer 12 uvas por cada campanada que resuena durante los últimos segundos del año que concluye, en México es una tradición que no puede fallar y al comer cada uva, un deseo se debe pedir.
En un recorrido que EL UNIVERSAL Querétaro realizó por las inmediaciones del mercado Escobedo constató que el precio de las uvas oscila entre los 60 y 120 pesos, moradas y verdes sin semilla, así como que lo máximo que compran son dos kilos, siendo uno el estándar.
Algunas otras familias optan por comer lentejas, ya que son conocidas como “lentejas de la suerte”, por la capacidad que se le presupone para atraerla hacia quienes las toman.
La historia de esta tradición data de la edad media italiana y tiene dos versiones; una de ellas es que existió sobreproducción de lentejas en los campos, lo que provocó que se extendieran a nivel nacional como plato típico de las navidades. La segunda versión es que durante esa época era una costumbre regalar una pequeña bolsa con lentejas a los amigos y familiares para desearles buena fortuna.