París, Francia

El centro cultural 59 Rivoli guarda en sus muros legendarios en el corazón de París a más de 30 artistas en residencia, es un espacio de exposición, conciertos y talleres donde artistas emergentes con diferentes técnicas ayudan a obtener múltiples lecturas del arte apoyando la educación visual.

El edificio que alberga a 59 Rivoli es, sobre todo, un vector de un viaje cultural alternativo e institucionalizado, anclado en el paisaje turístico parisino. Un homenaje a la originalidad y una verdadera fábrica de posibilidades para dar a conocer apreciaciones del arte distintas.

Este sitio fomenta el impulso creativo y marca la sostenibilidad, con más 50 mil visitantes al año, 59 Rivoli se convirtió en el tercer centro parisino para la difusión del arte contemporáneo detrás del Centro Georges-Pompidou y la Galería Nacional del Jeu de Paume.

El edificio capta la atención de decenas de miles de visitantes cada año y ha establecido un nuevo tipo de acceso al arte que es más íntimo, más democrático y que permite superar parcialmente la escasez de estudios de artistas en París.

Ahí encontramos a Vic-Oh, como se hace llamar una artista franco-peruana, con una imagen mística y una energía muy especial. Vic-Oh es mexicana de corazón, es una artista visual autodidacta con un máster en Historia del Arte. Graduada de la Universidad de la Sorbona, en Francia, y actualmente trabaja en su estudio en 59 Rivoli.

Su arte es sobre mujeres salvajes, brujas y su fuerza, fuego, poder de creación, apertura sexual y su lado oscuro. Muy influenciada por la tradición latinoamericana, siendo francesa-peruana y criada en México, usa el lenguaje de color y el simbolismo para tocar cada mente independientemente de su idioma.

Castañeda, Jodorowsky y Remedios Varo constituyen sus inspiraciones para ofrecer a los espectadores una puerta espiritual a sus propias emociones personales. Sicodélica, visionaria, espiritual, feminista, su arte hace que lo micro y lo macro se encuentren en una explosión de secreto místico.

Vic-Oh utiliza el arte como una forma de sanar, pero también desarrolla un arte espiritual, lleva dos años creando una serie de pinturas llamada Viva la vulva, una invitación a la mujer para que mediante sus diseños se sienta segura y orgullosa. Esta exposición se encuentra ahora en parís, dándole apoyo a las mujeres en la calle, que es el lugar donde menos se sienten seguras.

“Trabajo mucho con el femenino sagrado, la gente en Francia es muy cartesiana y mi idea es traer un poco de espiritualidad a través de los colores, símbolos y crear un mundo con un lenguaje más respetado y universal que todos podamos conectar con esa magia interna”.

La intención con las pinturas de Vic-Oh es enseñar que no hay límites culturales y que todos tenemos un poco de los otros, que se pierda la idea de que dibujar una vulva es denigrar, pero dibujar el aparato reproductor masculino sea normal, y desarrollar poco a poco, y con respeto, que este símbolo es un símbolo de fuerza.

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