Madrid, España
Los negocios de compra de Chatarrería proliferan en temporada de crisis. No es de extrañarse ver por las calles de Madrid personas buscando entre la basura materiales que puedan venderse más tarde.
Aluminio, baterías, cobre, hierro, acero inoxidable, bronce y latón son algunos de los perceptibles más buscados en época de pandemia.
A las afueras de la capital del país ibérico crecen estos centros de reciclaje. Debido a la crisis económica que atraviesa España, la falta de empleo y la cantidad de comercios que han tenido que cerrar por la emergencia sanitaria por el coronavirus, muchas personas acuden a estos centros de compra de chatarrería para vender por kilos sus esperanzas económicas.
José Parra, encargado de un comercio de compra de materiales en el barrio de Tetuán en Madrid, relata que la gente hace filas para vender grifería, cacharros, aluminio, camas de hierro, lavadoras, etcétera, siendo el cobre el material mejor pagado, por el cual se llega a desembolsar, en el mercado, hasta cinco euros por kilo.
“Tenemos mucha gente conocida por el barrio que viene desde hace muchos años y nos deja material, pero todos los días vemos caras nuevas, familias que llegan en sus coches y nos preguntan si pueden vender su chatarrería.
“He recibido dueños de restaurantes que en lugar de traspasar o intentar vender su inmobiliario, vienen y venden por kilo sus cosas. La crisis en España nos esta pegando a todos”, cuenta Parra.
Las ventajas del recicle de metales para el planeta
Los metales tienen innumerables propiedades que permiten que, a través de su reciclado, se puedan lograr excelentes beneficios medioambientales, económicos y sociales. Reciclarlos es una actividad sencilla y capaz de proporcionar un importante ahorro de materias primas vírgenes.
Al reciclar metales, se mejora la calidad del aire y se reduce la contaminación. Se disminuyen también las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se genera un descenso de los residuos destinados a incineración, lo que hace que disminuyan las sustancias tóxicas y peligrosas.
La gente que aguarda en la fila del centro de reciclaje en su mayoría tiene acero, que es el más común y el más abundante entre los descartes de bienes de consumo, como automóviles viejos, electrodomésticos, latas, clavos y algunos cables. La importancia de reciclar metales radica, sobre todo, en la cantidad de ahorro de energía y agua que implicaría trabajarlos desde su origen.
Así, por ejemplo, la producción de aluminio a partir de la chatarra supone 95% de ahorro de energía y en el proceso de reciclado el metal conserva todas sus propiedades y características. El reciclaje de los metales contribuye de forma relevante a no empeorar la situación actual de contaminación, ya que al reciclarlos se reduce la contaminación del agua, aire y los desechos en 70% y ayuda en tiempos de coronavirus a llevar un sustento al hogar y tener un ingreso extra.