“Me dio mucho miedo cuando nos quedamos atrapados en esa vereda. En cualquier momento pudo salir una banda de huachicoleros y acabar con nosotros”, fue la expresión de Antonio, una de las cuatro personas que viajaban al interior de una patrulla de la Policía Estatal (Poes), que en ese momento formaba parte de uno los operativo que se realizan periódicamente para combatir el huachicoleo en el estado de Querétaro.
Los operativos se realizan en la frontera con Guanajuato, por donde cruzan los ductos. Son varios días a la semana en los que se aplica el dispositivo, utilizando el factor sorpresa para tener más detenidos y combustible asegurado.
Uno de los puntos en donde se aplica esta estrategia es el municipio de Corregidora, que colinda con los municipios guanajuatenses de Apaseo Grande y Apaseo El Alto. En los operativos participan elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Policía municipal de Corregidora, y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Las unidades que integran el convoy para vigilar la zona de ductos se compone por alrededor de 20 unidades, tres son camiones militares y el resto patrullas municipales y estatales, que a las dos de la mañana de un sábado salen de la sede de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Corregidora.
El convoy marcha a paso lento, pues lo que se busca es la mayor discreción posible, por ello las unidades circulan con las luces apagadas y sin el movimiento tradicional de las torretas
Al penetrar entre milpas y zonas empedradas, el optimismo de los elementos de seguridad crece por encontrar algún “pez gordo”, pero sólo se observa a personas tomando bebidas embriagantes en la vía pública, a las cuales por unos minutos se les somete a un interrogatorio.
Minutos después, se observan las primeras gotas de un torrencial que se prolongará por cerca de una hora. Es ahí cuando algunos policías se colocan impermeables, pero a los militares la situación ni los inmuta.
Antonio, quien viajaba en la caja de una pick–up, se pasa al interior de la patrulla para cubrirse de la lluvia. Los policías platican anécdotas familiares para aligerar la dura jornada que está por concluir sin la detención de nadie ni el aseguramiento de gasolina robada.
Por error se decide transitar por una vereda cubierta con matorrales y árboles, ahí el lodo provoca que las unidades se atasquen y tengan que concluir con el operativo, pues ya no es posible avanzar.
“Ir a un operativo de estos da miedo, pero además agrégale que nos quedamos atorados, la obscuridad nos cubría, hubiera sido fatal si llegan hasta nosotros unos huachicoleros. Es mejor que las cosas terminaron ahí, para regresar a casa sin ningún problema”, comentó Antonio con uno de sus acompañantes que también viajaba al interior de la patrulla.
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