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La mayoría de los clientes del banco Santander pensaron que acudiendo temprano al cajero podrían salir rápido, pero, de acuerdo al mismo banco, hicieron mantenimiento a su sistema, lo que derivó en retención de tarjetas y en problemas para pagar en las tiendas usando sus plásticos.
Quienes tienen paciencia pueden esperar en las filas… hasta que alguien dice que el cajero se “tragó" la tarjeta. Entonces los rostros cambian. La molestia ahora en los clientes del banco, aflora.
Los comentarios “qué mal banco”, “siempre es lo mismo”, “pésimo servicio”, se escuchan entre las personas que esperan con sus teléfonos celulares en la mano a que les respondan en el call center del banco. No hay respuesta. Parece que no hay nadie que pueda resolver las quejas, dudas y enojos que provoca la situación que se presenta.
En un inicio los clientes creen que se trata de un problema identificado en un cajero. Las personas se comienzan a concentrar en los cajeros y la sana distancia pasa a segundo plano.
Sin embargo, en todas las sucursales del banco es lo mismo. Las personas que tuvieron la desgracia de perder su tarjeta en el cajero esperan a que les respondan.
Algunos lo toman con calma. Otros con molestia y preocupación. “Estamos en contingencia. Es quincena, y aprovechamos para salir a comprar la comida ¿Cómo le vamos a hacer? Ahora sin tarjeta y sin efectivo”, dice una mujer que espera a que le responda alguien en la línea del banco, mientras no pierde de vista el cajero que se quedó con su plástico.
Comienza a haber preocupación en los clientes. Necesitan el dinero para comprar víveres o hacer pagos. No hay forma de sacar dinero.
Sigue el peregrinar de los clientes a otras sucursales.
Sin embargo, la situación se repite una y otra y otra... y otra vez. Muchos clientes, resignados se van a hacer sus compras. Si pensaban ir al mercado no lo podrán hacer. Sus compras deberán de hacerse en una tienda de autoservicio.
En un centro comercial ubicado en el anillo vial Junípero Serra, hay un banco y un cajero dentro.
En los dos cajeros de la sucursal bancaria unas hojas, con un mensaje escrito con pluma de tinta color rosa, explica a los cuentahabientes que los cajeros no sirven, que se “tragan las tarjetas”.
Luego de pasar media hora buscando los productos dentro de la tienda se llega a la caja. Cuando se intenta pagar con la tarjeta, es rechazada. El cliente pide que la pase una vez más, pero la situación se vuelve a repetir. El pago es rechazado e incluso en la terminal aparece la leyenda “retener tarjeta”.
La situación desconcierta a los clientes del banco. Una llamada al call center lo podría solucionar, pero nadie responde. Nadie en el banco sabe explicar qué pasa.
“Vine a ver mi pensión, pero no puedo hacer nada”, dice un adulto mayor a unas personas.
Incluso en algunas tiendas informan a los clientes antes de ingresar que no están cobrando a clientes con tarjetas Santander, porque está presentando errores en el sistema.
Las compras en línea también se ven afectadas, pues cuando los clientes de este banco desean comprar algún producto a través de una plataforma, el pago no se puede hacer.
El problema pasa de los cajeros a las redes sociales. Pronto #Santander se vuelve tendencia en Twitter, en donde se denuncia el hecho, de no poder hacer ningún movimiento o retirar dinero porque el cajero se quedó con el plástico.
Pronto el banco aclara que se trató del mantenimiento a sus sistemas. Labores que continuaron durante la mañana.
Por la tarde la situación se normaliza y los clientes que no perdieron sus plásticos, pueden acudir a los cajeros o pagar a través de la aplicación del banco.
Para aquellos que tuvieron la mala suerte de perder sus tarjetas tendrán que esperar todo un fin de semana para poder obtener otra.