El “polvo eres y en polvo te convertirás” queda en el olvido. Ahora, durante el Miércoles de Ceniza, los fieles escuchan “arrepiéntete y cree en el Evangelio”. Con esta fecha inicia la Cuaresma católica, en preparación de la Semana Santa.
Los templos lucen abiertos desde temprano para recibir a los católicos que acuden a cumplir con el ritual de preparación para la Semana Mayor.
Los templos de La Cruz, La Merced, La Congregación, Santiago Apóstol, entre otros, son visitados por cientos de creyentes que van a que se les ponga una cruz de ceniza. En la parroquia de Santiago Apóstol, incluso, los niños de una escuela acuden acompañados de sus maestras y algunos padres de familia.
En La Congregación, los fieles escuchan un sermón del sacerdote, quien les explica el significado de la conmemoración.
A La Merced llega un grupo de mujeres, quienes entran al templo hasta donde está el padre Jesús Luja Pérez, quien pone la ceniza. Con un sello en forma de cruz, el sacerdote de cabello cano prematuro marca la frente de las mujeres. Atrás de ellas se forma un hombre, un adulto mayor, quien espera su turno.
“Ante todo la Cuaresma es tiempo de preparación. Preparación hacia la Pascua, que es la Semana Santa. De hecho, termina con la Semana Santa. Todos estos 40 días son para prepararnos del corazón, arrepentirnos de los pecados, acercarnos más a Dios, para celebrar mejor estos tiempo”, dice.
El sacerdote explica que la ceniza, bíblicamente desde el Antiguo Testamento es signo de penitencia, de remordimiento, de querer poner nuestro corazón limpio, y todo eso que viene de las escrituras se retoma en la Iglesia católica.
Es señal de que vamos a iniciar un tiempo de purificación, de renovación y por eso comienza con un signo de ceniza, estar dispuestos a pedir perdón a Dios por los pecados y renovarse en todos los sentidos, dice.
En las inmediaciones de los templos todo es normal. Un poco más de personas alrededor, y las puertas abiertas, pero nada más. Se esperaba que hubiera grupos de oración en las cercanías de algunos templos, que pedirían por la vida desde su concepción, pero no los hay.
En el interior de los inmuebles se pueden observar las filas que hacen los fieles, quienes en orden y en silencio, esperan la cruz.
La Congregación es de los templos más visitados. Sus bancas lucen llenas a media mañana. Por lo regular, el grueso de los feligreses acuden por la tarde-noche a cumplir con la tradición católica.
El padre Jesús explica que en La Merced, desde la misa de las siete de la mañana y hasta la última, a la siete de la noche, permanece abierto el templo: “Hasta que la gente deje de acudir al templo se cerrarán las puertas, alrededor de las nueve y media o 10 de la noche. Todo el miércoles estamos aquí”, detalla.
El sacerdote dice que lleva apenas dos meses en La Merced, pues la misma Iglesia los cambia de ubicación de manera constante. “Hemos estado en Ciudad de México, Celaya y Toluca. Nos mueven”.
Apunta que de acuerdo con la ubicación de los templos es el número de fieles que acude a tomar ceniza el miércoles. Los templos ubicados en el centro de las ciudades tienen mayor afluencia. En las colonias es menos la cantidad de fieles que se presentan.
“Quizá siempre las zonas urbanas, las grandes ciudades [concentran gente], va disminuyendo el número de fieles [por zona]. Quizá en zonas más rurales la fe está muy viva todavía y va más gente”, explica.
“Lo que sí he notado es que en Miércoles de Ceniza y Semana Santa todos recordamos que tenemos algo de fe, tenemos algo para acercarnos a Dios y viene mucha más gente de lo normal a la que uno ve a largo del año. Son los días de más afluencia, aunque no suelen venir casi a la iglesia, esos días vienen. Quizá es porque recordamos que tenemos un compromiso con Dios”, enfatiza.
En lo profundo de las personas, dice, existe un deseo de ser mejores personas. Agrega que reconocer que hay mucho mal en este mundo, en la sociedad, quizá algo tenga que ver con el distanciamiento que se ha tenido de las leyes divinas.
“La misma gente, creo, cae en la cuenta y en estos días hay una fe que los hace acudir. Aunque no sean de misa dominical o de misa diaria, acuden en Miércoles de Ceniza o en Semana Santa, que son días en los que uno ve gente que no vuelve a ver en todo el año”, declara.
El padre Jesús también explica el significado de “polvo eres y en polvo de convertirás”, que muchos católicos interpretan como un recordatorio de la muerte o lo insignificante que es el humano ante la naturaleza.
El cura dice que el polvo, de acuerdo al libro del Génesis, es la materia de la que creó Dios al hombre, y que al volver a convertirse en polvo, es regresar a Dios mismo, no sólo a la tierra al momento de la muerte.
Así que “polvo eres…” es un mensaje de regresar a la divinidad, a lo místico, retomar la espiritualidad.
La gente sale de los templos con la cruz en la frente o ceniza en la cabeza. Cumplen con una tradición arraigada aún en la sociedad queretana. Para quienes todavía no acuden, ver a una persona con su cruz de ceniza les recuerda que deben de asistir al templo para cumplir también con los rituales católicos.