Tras bambalinas hay nervios, ansiedad y preocupación por hacer las cosas bien. Los papás de los niños que participan en el Décimo Concurso de Escoltas de los Preescolares del Sistema Municipal DIF son los más estresados. Los pequeños lucen tranquilos en su mayoría.
Una mamá acaba de limpiar los zapatos de su hija para que luzcan impecables, al igual que los uniformes blancos que resplandecen bajo el sol de la mañana queretana del 11 de marzo.
Se anuncia al preescolar DIF Menchaca I y la ovación no se hace esperar. Los fieles seguidores de los pequeños (sus padres y familiares) los motivan con sus aplausos, mientras los jueces observan sus ejecuciones.
A un costado, una integrante del Pentatlón Militarizado hace preguntas sobre la bandera y otros símbolos patrios a los pequeños. Es el examen teórico.
Mientras les hacen el examen, el sonido invita a los presentes a entonar porras a favor de sus pequeños.
Matracas, grito y tambores, salen a relucir en un duelo de porras que enfrenta a las distintas colonias, cómo Menchaca I, Cerrito Colorado, Peñuelas, Bolaños, San José El Alto, El Tepe, Reforma Agraria, Menchaca II.
Cada una de los escoltas realiza sus ejecuciones frente al alcalde capitalino, Luis Nava, su esposa y presidenta del Patronato del DIF municipal, Arahí Domínguez, y los invitados especiales al evento, al que previamente se llevaron a cabo los honores a la bandera.
Una joven madre trata afanosamente de limpiar los zapatos negros de su hija. El calzado tiene una pequeña mancha gris, que en cualquier momento no tendría la menor importancia, pero no este día. Este día el uniforme debe lucir impecable, perfecto. Es una fecha especial, que se guardará para siempre en la memoria de papás y niños que participan en este concurso de escoltas, en su décima edición.
Los pequeños de los diferentes preescolares ubicados en colonias emblemáticas de la capital queretana están tranquilos, mientras las porras para una y otra escolta se suceden tras su participación. Las matracas, las “manitas ruidosas” y los pompones salen a relucir, durante un duelo de porras entre colonias y barrios, bajo la mirada de las autoridades locales.
La temperatura alcanza los 28 grados, pero los pequeños, totalmente concentrados a lo que sus maestros e instructores les enseñaron durante los ensayos de los últimos meses. Siguen las órdenes de su “comandante”. “Flanco izquierdo”, “Flanco derecho”, “Avanzar, ya”, se escuchan con voces minúsculas, mientras que los integrantes de las escoltas ejecutan las órdenes.
En los costados, los padres lucen emocionados. Observan a sus niñas y niños. Muchos transmiten en vivo a sus redes sociales, otros graban video o toman fotografías. Todos guardan el momento para los años venideros, para compartir el momento en un futuro, en unos años, cuando esas chicas y chicos sean mayores.
La participación de las escoltas termina y se dan unos minutos para terminar el examen teórico, en el cual les hacen preguntas sobre civismo y los símbolos patrios. Mientras se da la batalla de porras entre colonias y barrios, promovida por el sonido local, y en la que los asistentes al evento toman parte de manera espontánea.
Llega el momento esperado por los asistentes. La premiación de los tres primeros lugares, aunque todos los preescolares se llevan un reconocimiento.
El tercer lugar es para el preescolar de la colonia Reforma Agraria. El segundo, es para Menchaca I, y el primer lugar para Bolaños.
Cuando se da el nombre del ganador, el maestro instructor, la directora, educadoras y familiares de los pequeños se abrazan y brincan. Los nervios ceden a la felicidad del objetivo conseguido. Las niñas integrantes de la escolta.
Jesús Eduardo López Becerra, maestro de la escolta, con 22 años de edad y seis años de experiencia preparando escoltas, dice que la preparación de las menores es un proceso, que si se quiere acelerar, para lograr la perfección en poco tiempo, se debe ensayar seis días a la semana durante cuatro meses.
Indica que en ocasiones la preparación es complicada, cuando los niños son distraídos, pero se usan métodos diferentes. En caso de que no logren la coordinación se deben realizar trabajos de coordinación, pero no es difícil si les gusta y se apasiona uno por el trabajo.
Los ensayos fueron tres horas diarias de lunes a sábado, para lo cual el apoyo de los padres es esencial, principalmente para el examen teórico, “es muy importante que asistan a los ensayos, que estén en comunicación con el instructor, los maestros, es muy importante”, destaca.
En tanto, Roxana Blanco Guillén, directora del preescolar Bolaños del DIF municipal, se siente emocionada por el resultado, pues es el fruto del esfuerzo y dedicación, primero de las niñas y su instructor, así como de los papás y maestras del preescolar.
“La entrega de las niñas. Muchas veces se desesperaban, pero al final de cuentas todo salió muy bien. Ahí ven todos los resultados”, precisa.
Sí, los resultados se ven y se montan. Las seis niñas, Berenice, Isabela, Diana Jimena, Laila, Jocelyn y Renata Aracelí, no dejan sus bicicletas, que reciben como premio por su primer lugar.