Las familias aprovechan el fin de semana largo para visitar la pirámide de El Pueblito, en el municipio de Corregidora, y cargarse de energía por adelantado, pues el equinoccio de primavera es hasta el miércoles 20 de marzo, a las 15:58 horas.
Los artesanos y productores locales de artículos naturistas y orgánicos aprovechan para vender a los turistas.
La afluencia de visitantes, dicen los vendedores, fue mayor el domingo. Piensan que fue justamente por el fin de semana largo, que muchos aprovecharon ese día para salir y descansar el lunes, antes de volver a sus actividades.
Marina Pablo y su esposo, Francisco Cruz, ofrecen sus artesanías hechas de palma y de plástico afuera de la zona arqueológica de El Pueblito. Lejos de los puestos establecidos al interior, en la banqueta, la pareja de adultos mayores venden sus productos.
Marina dice que llegaron apenas el sábado a Querétaro, donde piensan estar un mes, pues la renta del cuarto donde viven es cara y las ventas no son muchas. La mujer señala que es la primera vez que viene a Querétaro, y le recomendaron acudir a Corregidora, pues en la pirámide de El Pueblito hay mucha gente en esta fecha.
Originarios de una comunidad cercana a Huajuapan de León, Oaxaca, viene a Querétaro porque en su tierra no hay ventas, se hacen muchas artesanías de ese tipo, aunque en tierras queretanas también están bajas.
“No hay mucha venta, y venimos de lejos. La gente quiere comprar barato, no pagan lo que vale”, dice Marina, mientras Francisco ofrece bolsas, monederos, tortilleros (tenates, como les llaman en Oaxaca), sopladores y flores.
Una familia se acerca con la pareja. Deja pagados unos cestos para que se los hagan a medida. Minutos más tarde otra familia compra dos cestos más. Una joven que se detiene a ver compra una flor hecha de plástico. Poco a poco la pareja vende sus productos.
Al interior de la zona arqueológica, dos jóvenes reciben a los paseantes. Les informan que la entrada al museo, por ser día feriado, es gratis, y se tienen recorridos cada media hora.
Muchos de los visitantes aceptan pasar. Otros siguen el sendero que lleva hasta la explanada de la zona arqueológica, donde llegan y extienden las manos con las palmas al cielo.
Otros se toman fotografías y selfies teniendo como fondo el basamento. Algunos más prefieren disfrutar de la sombra de los árboles que están en las orillas de la explanada.
Luego de leer las láminas explicativas del sitio, bajan por un camino de tierra que los lleva a la salida y a la zona donde los vendedores de artesanías, alimentos y productos naturales de belleza.
Los paseantes pueden encontrar ahí desde artesanías, productos de belleza, camisetas con motivos queretanos, tratamientos relajantes. Incluso masajes de hombro y cuello por 50 pesos.
Marysol Lugo, originaria de Pachuca, Hidalgo, quien vende ropa con diseños artesanales otomíes de su estado, dice que las ventas han sido buenas esta semana.
Señala que el domingo hubo más visitantes de otros estados del país que aprovechan el asueto para turistear, por lo que tuvo más ganancias. También, durante el domingo, arribaron más turistas extranjeros que aprovechan su estadía en tierras queretanas.
Explica que dos artesanas la apoyan en el bordado de los diseños, pues en ocasiones tiene pedidos que deben de “sacarse” en poco tiempo.
Los visitantes, en familias o grupos de amigos mantienen en flujo constante. No paran de llegar. Muchos, los locales, aprovechan para conocer la recién remodelada zona arqueológico.
Los turistas de otros estados, aprovechan para conocer más el sitio, uno de los más destacados del Bajío… aunque el equinoccio sea hasta el miércoles.