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Decenas de atletas se vendaron los ojos y salieron a correr sobre Avenida Constituyentes para participar en el doceavo Cegatón, la carrera organizada por la Unión de Minusválidos de Querétaro, con el fin de crear conciencia sobre las dificultades a las que se enfrentan las personas ciegas o con baja visión.
Desde las 8 de la mañana los corredores llegaron puntuales al punto de partida, el puente peatonal frente a Plaza Galerías. Se inscribieron y colocaron su número de corredor en el pecho. Pero lo más importante fue el antifaz negro con el que se cubrieron los ojos, una vez colocados comenzó la carrera.
Los participantes corrieron en parejas y mientras uno corría con los ojos vendados el otro fungía como guía, después intercambiaron los papeles. Fue una carrera corta de 3.2 kilómetros en donde la rapidez no fue lo más importante, sino la experiencia de recorrer la ciudad completamente privados de la vista.
La carrera apenas duró más de 20 minutos, pero llegar a la meta fue un verdadero reto para cada uno de los participantes. Animados por miembros de la unión y alumnos de la Escuela de Ciegos de Querétaro, quienes echaban porras y mandaban felicitaciones por completar el recorrido, los corredores llegaban a la meta agarrados de la mano, sonriendo, felices por la experiencia.
Algunos incluso lloraban, tal vez por comprender de golpe lo difícil que es vivir con ceguera. Todos, sin excepción se tomaban fotografías y se felicitaban entre sí, después pasaban al área de descanso donde los masajistas de la Escuela de Ciegos de Querétaro aliviaban las piernas cansadas de los corredores.
Después vino la premiación, primero, segundo y tercer lugar para adultos, y también primero, segundo y tercer lugar para los integrantes de la categoría infantil.
Leti Arreguin es una fiel participante en cada Cegatón, esta es la quinta vez que participa y confiesa que aún siente deseos de llorar cuando cruza la meta con los ojos vendados. Además esta ocasión fue distinta porque corrió acompañada de Alex, un amigo invidente que la guió mientras ella corría con los ojos vendados.
“Tienes que correr y tener confianza en tu compañero o compañera, es muy difícil entender esto porque no toda la gente es buena y las personas que no pueden ver se encuentran con personas poco amables que no los ayudan. Esta carrera es una experiencia maravillosa, nos ayuda a entender mucho más a las personas con discapacidad visual”, comenta.
Alejandro Martín Castro González es alumno de la escuela de ciegos desde hace año y medio, esta es la primera vez que participa en el Cegatón; asegura que es una experiencia inigualable para las personas que sí pueden ver, sin embargo, también afirma que una carrera de 3.2 kilómetros no se compara con lo que las personas ciegas enfrentan todos los días en las calles de Querétaro.
“Hace mucha falta sensibilizar a las personas sobre la ceguera, todavía hay mucha discriminación pero tengo fe en que la gente entenderá que nosotros merecemos un espacio digno en la sociedad. Le pediría a las autoridades espacios para poder trabajar, porque todos nosotros somos personas productivas, merecemos ganar decentemente el pan de cada día, además de que la ciudad es muy poco incluyente”.
Alfredo Blandina Fernández de Lara, fundador de la Unión de Minusválidos de Querétaro, reconoce que a pesar de que el Cegatón se ha realizado por 12 años consecutivos, aún se requiere más participación, pues en Querétaro, las personas con algún tipo de discapacidad aún enfrentan situaciones de discriminación.
“Es un gran ejercicio que todos deberían vivir para entender de cerca la discapacidad visual, poniéndose en nuestros zapatos, este mundo debería ser más parejo para todos. Toda la gente dice que es algo que no habían vivido”.
Graciela Peralta Manzanares, miembro del patronato, se dice contenta con el trabajo realizado durante más de 30 años en la asociación, incluyendo los 12 años del Cegatón. Asegura que a pesar de la discriminación y la falta de oportunidades laborales a la que todavía se enfrentan las personas con ceguera o baja visión, se han alcanzado logros importantes.
“Antes teníamos muchos problemas en Querétaro para que un niño con ceguera o baja visión pudieran ingresar a la escuela, ahora ya es mucho más común, poco a poco se van abriendo las puertas”.
La Unión de Minusválidos de Querétaro calcula que a aproximadamente 40 mil personas en la entidad viven con ceguera o baja visión.