Nuestras Historias

El flamenco. Busca resurgir de las cenizas

Los bailarines españoles han resistido la cuarentena y ahora van por regresar a los escenarios

Foto: Perla Sánchez
21/06/2020 |09:14
Redacción Querétaro
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Madrid, España

En las instalaciones de la tradicional y famosa escuela de flamenco de Madrid llamada Amor de Dios, el director Joaquín San Juan y los profesores se preparan para retomar los cursos de baile.

A partir de hoy domingo 21 de junio en toda España comenzará la llamada “nueva normalidad”, que incluye algunos espectáculos con aforo reducido.

En este espacio tan emblemático del flamenco y de la danza española conocido mundialmente por los inmensos artistas que ha creado, nació y creció la estrella española Lola Mayo. Con décadas de experiencia artística, y después de meses de silencio, retoma su arte una grande que hoy abanderar la “resistencia flamenca”.

Lola ha pisado tablaos y escenarios en todo el mundo, incluyendo a México. La madrileña vivió en la Ciudad de México por una temporada mientras trabajó en el conocido tablao Gitanerías. Ella admite sentir un amor muy grande por el país latinoamericano y su gente, a tal punto que lo considera su segunda casa.

“El flamenco es de la tierra, el flamenco no tiene títulos ni pasaportes. El flamenco no entiende de nacionalidades, el flamenco llegó a México y se quedó, se transformó, y aunque muchos no lo sepan, el baile mexicano jarocho y veracruzano tiene influencia y mezcla del flamenco”.

Como bailadora y profesora apasionada, Lola tuvo que reinventarse durante esta cuarentena, y lanzarse con el reto de los cursos online. Confiesa que muchas veces en otras partes del mundo la habían solicitado para dar clases a distancia, pero se negaba porque le parecía irreal no poder corregir y estar en contacto directo con sus alumnos. Esta actividad es la que le permitió la entrada de dinero para sacar adelante a su familia durante el duro periodo del confinamiento.

“Somos una familia de cuatro, y los cuatro somos artistas, durante la cuarentena nos guardamos en un piso pequeño en Madrid, disfrutamos de esa pausa forzada que nos brindó la vida. Estamos unidos hasta el final. Nosotros nos adaptamos a todo y lo que sabemos hacer lo podemos llevar a cualquier parte, podemos transformarnos, pero siempre saldremos adelante”, señala.

De vuelta a la querencia

Lola vuelve a pisar su alma mater Amor de Dios, con su esposo y músico Basilio García. Los salones están adaptados para recibir menos gente de lo acostumbrado. Con marcas en el suelo pretenden continuar con las clases respetando las distancias, los pasillos tienen líneas para dividir el paso.

La difícil situación económica en la que se encuentra España ha dejado tres tablaos de alta tradición y prestigio en Madrid en quiebra. Muchas familias se han quedado sin trabajo y muchos artistas están afectados por adaptarse a la nueva normalidad.

“No podemos estar a 5 metros del escenario con las distancias permisibles, no se puede continuar con nuestra actividad sin turismo extranjero. El espectáculo del tablao es caro para el público español, tomando en cuenta que aproximadamente en España se ganan 900 euros al mes. ¿Cómo se podrían pagar espectáculos de más de 100 euros un viernes por la noche? El tablao necesita volver a salir a las calles, sería bueno que las autoridades nos ayudaran a encontrar espacios públicos para que muchas familias puedan seguir recibiendo ingresos. Somos muchas familias flamencas en España, en el mundo y todos somos uno”, señala.

Lola ha creado la “resistencia flamenca”, un movimiento que comienza a tomar fuerza para unir a la comunidad de artistas y poder demandar a las autoridades mejores oportunidades. Ha diseñado un puente para que los flamencos de todo el mundo se brinden ideas mediante redes sociales y así, juntos, dignifiquen la labor de su profesión. Lola junto con otras asociaciones luchan para recuperar sus lugares de trabajo y buscan opciones para mantenerse con el público nacional.

“Los artistas están pasando hambre, hay artistas en los comedores sociales, hay artistas con familias que no pueden más. Hay lugares de espectáculos y tablaos en quiebra. Es momento de luchar por la cultura y demostrar que no es una actividad del tiempo libre, las expresiones artísticas nos hacen libres todo el tiempo”, sentencia.