Madrid, España.-
Las calles están preparadas para recibir y darle voz a las mujeres; edificios emblemáticos en la capital española han mostrado su apoyo con diferentes tributos visuales a la festividad del 8 de marzo, día conocido por la celebración a la mujer en todo el mundo.
El Congreso de la Cámara de Diputados tiene en su fachada un listón morado, el Museo del Prado tiene una elegante obra pictórica que hace referencia e invitación a adentrarse al recinto para conocer quién es la mujer que está expuesta en la obra de arte y el Museo Reina Sofía le dedica sus galerías a una exposición de musas.
Delphine Seyrig es una musa insumisa que nos presenta el Museo Reina Sofía, ella es conocida por papeles que interpretó en el cine francés, figurando siempre como símbolo de feminidad idealizada y sofisticada. Sin embargo, “actuar” no fue sólo una profesión para Seyrig: en la década de los setenta se convirtió, en una activista que trabajó en compromiso con las redes del movimiento feminista.
Seyrig colaboró con cineastas mujeres como Chantal Akerman, Marguerite Duras o Ulrike Ottinger con ellas trabajó otros papeles femeninos y se deshizo de su propia imagen de diva. A mediados de los setenta del siglo XX, junto con la video-realizadora Carole Roussopoulos y la traductora Ioana Wieder, produjeron una serie de videos bajo el nombre de “Las Insumisas”.
En sus cintas Seyrig dejó un “Manifesto”, un video que se convirtió en una herramienta emancipadora y un agente de activismo político. En 1982, las tres mujeres fundaron el “Centro audiovisual Simone de Beauvoir en París”, estableciendo un archivo audiovisual sin precedentes sobre algunas de las luchas que estaban teniendo lugar en la época, tanto en Francia como en otros lugares del mundo, entre ellas: la disputa por el aborto legal; contra la tortura y la guerra de Vietnam; por los derechos de las trabajadoras sexuales y las prisioneras políticas, así como la implicación en el movimiento de la anti-siquiatría.
“Musas insumisas” y los colectivos de video feminista en la década de los 70 y 80 es una exposición que muestra vestuario, fotografía, videos y que explora la intersección del feminismo; propone reconsiderar la historia del movimiento a través de un conjunto de prácticas con medios audiovisuales, atendiendo a una red de alianzas creativas que surgieron en un tiempo de agitación política.
Las obras dialogan en secciones que muestran las preocupaciones políticas que el movimiento feminista puso sobre la mesa en los años 70 y 80. La exposición relata un momento histórico, resuena en problemáticas que conciernen al arte y la política de hoy, mientras las feministas continúan construyendo alianzas, se levantan contra el sexismo de la industria del cine y desafían los roles de género.
La muestra es una reflexión crítica sobre la construcción de la feminidad a través de los medios audiovisuales, con la exploración de los roles sexuados, la mirada femenina, el cuerpo como herramienta de lucha y de resistencia, los juegos de reapropiación y alteración de los medios de masas, se cruzan con los combates por el derecho al aborto y la defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales; así como la lucha por las prisioneras políticas.