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Peluches, chocolates y flores son los productos más vendidos previo al 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad. El amor romántico se impone al amor pasional, ya que locales de lencería o sex shops no ven aumentar sus ventas significativamente.
El puesto de regalos ubicado en Plaza de las América, que atiende Josefina Bermúdez, está listo para recibir a los clientes que este 14 de febrero acudan a comprar un obsequio para su pareja o parejas, según el caso.
Los osos de peluche gigantes, globos en forma de corazón, chocolates y tazas, son algunos de los productos que se pueden encontrar, y que, dependiendo de las posibilidades o el amor, compran los visitantes.
El pequeño local apenas deja espacio para entrar y ver la mercancía. De hecho, muchos de los productos se encuentran frente al negocio. Los osos de peluche de grandes dimensiones son los que más llaman la atención.
Josefina explica que la gran mayoría de los clientes son jóvenes, quienes buscan un regalo para festejar el día de los enamorados. “Todo lo que tenga corazones se vende más en estas fechas. Se venden mucho los globos, los osos, chocolates”, comenta.
Los productos que le compran, dice, dependen de la persona, pues a unos la fecha no les interesa y a otros sí. Muchos se llevan algún artículo pequeño, sólo un detalle.
El artículo más caro en el local de Josefina es un oso gigante que cuesta 2 mil 400 pesos. Por lo regular, en estas fechas llega a vender dos, principalmente entre los jóvenes. Lo más económico, un chocolate de 27 pesos.
Una empleada del negocio limpia el local. Una joven se acerca a ver los artículos. Mira un enorme peluche azul de un personaje de Disney. Le llama la atención y entra.
“Antes había más ventas, en otros años. Ahora compran menos. Las ventas han bajado alrededor de 30%, más o menos. Es mucho”, lamenta.
La gran mayoría de los clientes, dice, son hombres, aunque de vez en cuando acuden mujeres a comprar algo para su pareja.
La cara opuesta
Otros establecimientos con giros diferentes, que también aprovechan la fecha, son las boutiques de lencería, que lucen en sus aparadores conjuntos de telas vaporosas y mucho encaje, para quienes gustan de celebrar apasionadamente el 14 de febrero.
Mario Alatorre vende lencería desde hace más de 50 años. Primero lo hizo en un negocio ubicado en el primer cuadro de Querétaro. Luego se mudó a Plaza de las Américas, donde, dice, ya tiene clientes que lo conocen y acuden a comprar con él.
En el aparador del local se muestran sexys conjuntos de ropa interior para mujer, en colores rojo y negro. Los maniquíes también muestran los diferentes modelos.
Comenta que las ventas en estos días no aumentan, incluso refiere que cada vez menos mujeres compran los productos, porque además no son tan económicos los modelos.
“Aquí viene una persona, ve los precios y dice que está carísimo. No es que esté caro, es que así están los productos, así nos las venden”, asevera.
Una clienta ingresa al negocio. Es atendida por la empleada de Mario. Le muestra unos camisones. La mujer se lleva uno. Lo paga y recoge su mercancía en el mostrador, en cuyo interior hay más conjuntos.
No son buenos tiempos, comenta Mario, mientras recuerda que antes tenía siete empleadas, y que en el negocio también trabajaba su esposa. Las ventas eran buenas. Ahora, si se hacen dos o tres al día son muchas.
Dos jóvenes de no más de 25 años entran al local. Observan los distintos modelos. Una de ellas elige uno. Mientras la encargada del negocio dobla el producto y lo mete en una bolsa. Un tanto apenada, la compradora paga a Mario. “Ahorita ya vino más gente, pero no es así siempre”, agrega.
Ventas normales
La joven encargada de la sex shop omite dar su nombre. Accede a platicar y aunque dice que el sexo ya no es tabú para la sociedad queretana, la pena la invade.
Abre el negocio, ubicado en Plaza Galerías. Adentro se exhiben desde lencería erótica hasta vibradores y distintos juguetes sexuales, así como vigorizantes, geles, pastillas, películas y muchos artículos para despedidas de solteras.
Explica que los clientes son mixtos: por igual acuden hombres y mujeres, jóvenes, maduros y mayores.
Sus gustos son variados. La mayoría compra vibradores y vigorizantes. Algunos más adquieren otras cosas, pero lo hacen sin pena, a pesar de la fama de la sociedad queretana de ser muy conservadora.
Las que también tienen días de bonanza son las florerías, que ven crecer sus ventas. Gina Nardoni, atiende una en Plaza de las Américas, negocio familiar que abrieron hace 36 años.
Explica que en esta temporada las rosas rojas son las flores favoritas de quienes buscan un regalo para sus seres amados. Agrega que en esta fecha los jóvenes compran mucho este producto, mientras que en mayo, por el Día de la Madre, son más las personas de mediana edad las que las llevan.