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Madrid, España.-
La Puerta del Sol, en Madrid, España, agoniza gracias a que las medidas impuestas durante y después de la llegada del coronavirus no han sido acertadas para una población de 5 millones de personas. El centro que daba vida y recibía a millones de turistas se observa desolado. Las botargas, los músicos, caricaturistas y la gente que se sentaba en la fuente o paseaba por los alrededores ya no están.
Aquellas familias forasteras que se tomaban fotos debajo del oso y su madroño se han difuminado, así como la economía de aquellos comercios que han bajado la cortina y han tenido que colocar letreros anunciando: “Todo en liquidación por desesperación”, “Se renta, se traspasa, se vende”. Los turistas se han acabado.
Gran parte de la ciudadanía señala a las malas gestiones y las malas medidas de la pandemia. Porque si lo piensan un poco, a nadie le apetece viajar al país o la capital con más contagios de Covid-19 en Europa.
La pandemia ha fulminado los pequeños y grandes comercios. El centro de la capital de España es una pena. Madrid no ha vuelto a ser Madrid. La facturación ha caído 65% y la ocupación no llega a 22%. La meninas en Plaza Mayor se han quedado solas, esas muñecas llenas de arte se acompañan del viento desolado de un otoño lleno de incertidumbre.
Las nuevas medidas en Madrid después de nuevos confinamientos segregados por barrios ahora se acompañan de un toque de queda, en el que la población tendrá que guardarse en sus casas de 12 a 6 de la mañana de manera imperante.
Restaurantes, clubes y gimnasios seguirán con derecho a brindar servicio hasta las 11 horas y con 50% de su capacidad. Las reuniones “necesarias” no pueden rebasar el máximo de seis personas y el uso de mascarillas ya es un accesorio necesario.
Los autobuses casi siempre vacíos, y sigue siendo el Metro el transporte de mayor uso, pero sólo en horas pico se viven aglomeraciones de aquellos valientes oficios necesarios para continuar con un ritmo apacible en la ciudad de los jamones.
En el verano se apostó por la economía y muchos españoles pudieron aprovechar para salir a conocer regiones cercanas y viajar entre comunidades, lo que ocasionó una propagación del virus, que nuevamente tiene a los hospitales al límite.
El jefe del Ejecutivo Pedro Sánchez ha manifestado que España y toda Europa tienen la obligación de aplicar nuevas medidas o endurecer las existentes para frenar la transmisión del coronavirus. La cifra oficial de contagiados en España ha ascendido esta semana a un millón.
La llegada del frío y la incidencia de las enfermedades respiratorias estacionales como la gripe conforman un contexto propicio para propagar la epidemia y volver a tensionar el sistema sanitario, por lo que se espera un invierno complicado.