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Laredo, Tx. EU. Eréndira Andrade ha vivido desde 1978 en Estados Unidos y ha experimentado las diferentes etapas políticas migratorias gubernamentales desde Ronald Reagan, los Bush, Clinton, Obama y actualmente con el presidente Donald Trump.
Reseña que “nunca se tuvo tanta incertidumbre como en esta etapa de Trump. Con los otros (presidentes) era vivible, ahorita con el actual presidente las cosas son tan inciertas que yo me puse a pensar ¿cómo puede ser que estemos en un país de primera potencia y le demos la presidencia a una persona que tiene poca o menos educación que uno?, eso hace ver mal no solo al presidente, sino al país”.
Erendira Andrade, que recién acaba de salir de compras en el supermercado y acompañada de su esposo William reflexiona sobre las políticas de Trump. “La mayoría de los mexicanos venimos aquí porque necesitamos ayudar a nuestras familias, venimos a hacer sacrificios, venimos a trabajar y a ayudar a la economía de este país. No todos venimos a que nos den ayuda. Yo tengo desde el 78 y nunca he aplicado para ayuda pública”.
Andrade que también lleva muy orgullosa el apellido de su marido, actualmente es maestra retirada de educación preescolar. Recuerda que “en ese tiempo, cuando llegué a los Estados Unidos, en el pueblito donde yo vivía no había personas que hablaran los dos idiomas”.
Erendira llegó a Galesburg, una ciudad ubicada en el condado de Knox en estado de Illinois. En la actualidad cerca del 7% de la población es de origen hispanoparlante.
Después de crecer como asistente en un colegio donde posteriormente fue trabajadora social que atendía a las familias que no hablaban español; consecutivamente incursionó en los social services del estado y fue por una temporada traductora para la corte en el distrito de Knox. Con una experiencia de 25 años como maestra de preescolar ahora está en retiro y goza de la compañía inseparable de su marido.
La mala experiencia en el lado mexicano. Este será su tercer año participando en las caravanas que parten de Laredo. En su primer año le impresionó la cantidad de personas que acudían en la caravana. “Ves tanta gente que dices -Jesús, María y José, ¿de dónde vinieron estos? Parece un Tsunami-“. (Ríe estruendosamente). Este año serán sólo serán siete vehículos que viajarán juntos.
Recuerda que una ocasión al ingresar a Nuevo Laredo “a una cuadra, estaba un muchacho parado, luego nos salió uno por atrás y nos pidieron la cuota y les pregunte ‘¿que es eso?’. Mientras que su esposo trató de moverse pero el otro individuo amenazante dijo -no se mueva, porque aquí mismo nos los quebramos-. -¿Y de cuanto estamos hablando?, -dije yo-. Pues de ochocientos -respondió el maleante-. ¿Ochocientos pesos?. -Dólares- dijo su interlocutor. Recordar la experiencia le hace quedar la voz por un momento y repone que uno no puede decir nada “porque no se sabe quien más está involucrado”.
Después de la amarga experiencia con tres años consecutivos viajan en el contingente a México. El destino final de será Jalisco. Con un recorrido previo desde Illinois llevan viajando dos días y proyectan llegar una vez que pasen a Nuevo Laredo doce horas más de camino. Ahora están en calma ya que han documentado. Mientras se les puede ver caminar y platicar con otros paisanos que llevan como destino la casa.