¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos! Gritaron miles en Querétaro durante la marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

La cita fue en Plaza Constitución, en el centro de la ciudad, donde mujeres de todas las edades se reunieron para participar en el movimiento de protesta por la violencia de género.

“¡Ni una más!” Se leía en las mantas y cartulinas de todos los tamaños. Las mujeres se vistieron de acuerdo al comunicado feminista que circuló en redes sociales, con prendas de color morado o un pañuelo verde, símbolo de que se está a favor de la despenalización del aborto.

En 45 minutos se aglomeraban no sólo las feministas, sino también varios grupos de mirones que tomaban fotos desde los andadores del Centro Histórico. Se estima que alrededor de 10 mil mujeres participaron en la movilización, de acuerdo con la Coordinación Estatal de Protección Civil.

En la convocatoria para participar se especificó que no permitirían la presencia de los hombres; sin embargo, más de alguno intentaba unirse al contingente. Al detectar estas situaciones, un grupo de manifestantes se acercaba al varón para pedirle que abandonara la marcha y que no tomara imágenes ni videos.

“Yo vivo en esta ciudad y tengo derecho”, “vine a acompañar a mi esposa” o “soy fotógrafo, trabajo para un medio de comunicación”, decían los hombres, pero no hubo “pero” que valiera lo suficiente, por lo que tuvieron que abandonar el contingente, algunos por voluntad propia, otros por indicaciones de Protección Civil o la Policía Municipal.

El contingente avanzó sobre la calle Juárez y después sobre Zaragoza para bajar nuevamente a Plaza Constitución. En el transcurso hubo algunos incidentes, aunque sin consecuencias mayores, cada uno relacionado a hombres que insistían en grabar o unirse al movimiento.

“Este es nuestro momento, este es nuestro momento”, explicaban las mujeres, mientras algunas exasperadas optaban por gritar: “¡Lárgate, no queremos tu presencia aquí!” o “¡fuera hombres, fuera hombres!”, gritaban al unísono.

“Yo sé que muchas personas no entienden por qué prohibimos la presencia de hombres en la marcha, pero la razón es muy simple. Las mujeres tuvimos que luchar para conseguir estos espacios, para tomar una vialidad, para salir a marchar, ningún hombre se interesó porque tuviéramos estos espacios. Entonces, ahora que los conseguimos por nuestra propia cuenta, es justo que sólo nosotras participemos; para ellos es muy fácil sólo unirse a la marcha, cuando las mujeres desde hace décadas lucharon por esto”.

“Agradecemos que nos apoyen, pero pueden hacerlo desde sus trincheras, el día de hoy este espacio es nuestro y pedimos que lo respeten, también pedimos que las mujeres periodistas cubrieran esta marcha, pero vemos que no es así, continúa la presencia de hombres en este tipo de movimientos”, comentó una de las manifestantes.

Las mujeres avanzaron sobre las principales calles de la ciudad, dando cacerolazos y tocando batucada; la marcha estuvo resguardada principalmente por mujeres policías que contenían el tráfico y se desplazaban en bicicletas.

Orgullosas, las manifesatantes se tomaban fotos, se pintaban las caras con escudos feministas. “¡Mujeres unidas jamás serán vencidas!”, gritaban una y otra vez, mientras algunos conductores, enfurecidos, veían pasar el contingente sin poder hacer nada, pues sus vehículos habían quedado atorados en medio de la multitud.

“¡Por qué no cierran el tráfico desde antes!”, gritaban algunos a los agentes de tránsito.

La mayoría de las mujeres se mantenía dentro del contingente, otras rompían la formación para dejar marcas en los postes y los botes de basura, con aerosol pintaban la frase: “Ni una más”.

Algunas personas, que miraban la marcha a distancia, se escandalizaban ante los pechos desnudos de una de las mujeres. “No hagan eso, mija”, decían en voz baja algunas mujeres mayores cuando la miraban pasar frente a ellas, brincando, cantando y aplaudiendo.

Al frente de la marcha se ondeaba como bandera la imagen de una Virgen de Guadalupe pintada en manta, la imagen religiosa tenía, también, la forma de un clitoris con tonos rosas y morados; esta imagen calentó los ánimos de algunos y provocó malestar en otros.

También, durante la marcha se pegaron fotografías en las paredes de supuestos agresores sexuales. De regreso en Plaza Constitución, una mujer desnuda leyó un pronunciamiento, discurso que cada cierto tiempo era interrumpido por gritos de algún hombre que, desde afuera, escuchaba el pronunciamiento y se manifestaba en contra de lo que ahí se decía.

Después de las palabras con las que concluyó el movimiento, las mujeres se abrazaron como si de una sola familia se tratara, junto con la frase: “¡Amiga, hermana, aquí está tu manada. Amiga, hermana, aquí está tu manada!”.

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