María José Urbiola Gallegos es una queretana que reside en París, y a sus 26 años realiza su segundo año del doctorado en Psicología Neurocognitiva, a la par que efectúa importantes investigaciones en el Laboratorio Broca Living sobre Alzheimer y Parkinson. Su experiencia le ha llevado también a tratar a mujeres víctimas de violencia de la guerra.
Desde preescolar Majo decía que iba a ser sicóloga como su madre. Alguna vez soñó con ser arquitecta y volverse una “Gaudi” e ir a estudiar a Barcelona. Después se dio cuenta que la arquitectura era muy aburrida y decidió elegir un reto más grande: estudiar el cuerpo humano, pero, sobre todo, el cerebro. En secundaria ella ya sabía qué quería ser en la vida.
Majo llegó a vivir a París a los 19 años y en unas prácticas en Francia le detectaron que tenía un nivel superior de aprendizaje. Pero para ella siempre fue normal aprender cosas rápido. En el colegio en su natal Querétaro siempre se autoconsideró como la “desfasada” de la clase.
“La gente siempre piensa que estudio mucho, pero la realidad es que no, me apasiona algo y lo aprendo. Soy una apasionada de las clases. Para mí estudiar y aprender es como ir al cine o ir al antro. Ir a clases y escuchar a mis profesores, y hacerles preguntas, es lo máximo” argumenta.
Con una licenciatura en sicología, una maestría en neurosicología, y una especialización en electroencefalograma, María José hizo una aportación a la ciencia muy importante. Desarrolló un proyecto para ayudar a detectar el Alzheimer precoz, demostró que mediante la escritura se puede detectar al paciente que tiene más probabilidad de tener esta enfermedad. La escritura va cambiando con la edad, es por eso que en los bancos reconocen menos la firma de los ancianos, debido a que la motricidad cambia, por ejemplo, la escritura típica de alguien con Parkinson es muy pequeña. Entonces la brillante queretana analizó que ese cambio en la escritura podría ser un síntoma del Alzheimer, y demostró que se puede detectar esa enfermedad solamente con la escritura, porque “el tronco cerebral hace la movilidad, antes de que entre al cerebro la información debe pasar por el tronco cerebral” describe. Así demostró que 78% de pacientes, por medio de la escritura, se les puede detectar hasta con tres años antes esta enfermedad.
Los veranos de Majo en Querétaro los disfruta siendo asistente de investigación en Neurobiología de la UNAM, campus de Juriquilla. Lo describe como ir a Disneyland, aunque no conozca el parque de diversiones, pero está segura que sería lo mismo que siente al ir al campus donde encuentra IRM, T6, TMS, y están en Querétaro, “¿qué más le puedo pedir al cielo?” .
La socrática queretana aprendió francés en dos meses, estudiaba 30 horas de clases de francés a la semana, y se encerraba en una biblioteca hasta que cerraban. Habla italiano, inglés, portugués, entiende el coreano porque es pura matemática. Estudiará alemán, porque su interés es continuar un post doctorado en Alemania.
Durante la conversación María José hace un recuento de sus profesores, atesora recuerdos de ellos y luego reflexiona: “En México los maestros son verdaderos pedagogos, pero por desgracia no se puede hacer investigación. Jamás recibí apoyo del Conacyt. Y el problema es que en la UAQ la Facultad de Psicología utiliza para la preparación de sus alumnos la gestalt, una teoría de psicología que ya caducó hace años, no hay nada nuevo”, indica .
Ella tuvo que emigrar porque quería hacer investigación y docencia. Sin restricciones señala al Conacyt que tiene muy pocas becas, pero las que supuestamente dan, no llegan. “Conozco casos de estudiantes que obtienen las becas y se las entregan en una tarjeta de banco mexicana, y la gran complejidad para quienes estudian en el extranjero es sacar el dinero de un cajero, no depositan a tiempo y con este nuevo gobierno han recortado becas. Hay muchas cosas por las que no se puede contar con el Conacyt”.
Cuestiona las políticas públicas de la educación y salud de los recientes sexenios. “Toda mi formación profesional la hice en Francia. Me especialicé en público francés. Yo estoy hecha para trabajar en Francia. ¿En México qué voy hacer? Estoy demasiado calificada, ¿Quién me va a dar un trabajo allá? Yo no le sirvo a México ¿Qué voy hacer con un doctorado en México? ¿Quién me va contratar? ¿Qué voy hacer? No hay presupuesto, no hay investigaciones, no hay ninguna investigación sobre el Alzheimer, no hay investigación sobre el Parkinson, no hay neuropsicólogos en el IMSS”, señala.
“La UNAM tiene el mejor laboratorio que yo he visto, en Europa no hay ningún laboratorio que se le parezca al de la UNAM, y los estudiantes y la universidad no publican. La UNAM tiene demasiado presupuesto, tiene la tecnología más nueva para hacer resonancias, en el campus Juriquilla tienen de los mejores técnicos en resonancia magnética en el mundo. Pero en México si yo regreso no hay plazas, todas están dadas y no voy hacer investigación porque no hay dinero, porque ya no hay lugar”, señala.
En la actualidad María José tiene un financiamiento de la ANR, la Agencia Nacional de Investigación en Francia; el organismo más importante de investigación francés, y por toda la duración del doctorado que estudia actualmente, el apoyo que recibe es de 1,600 euros al mes.
La queretana no descansa y se prepara para competir por más becas, entre ellas, la de LOREAL que da financiamiento por estudios de Alzheimer.