Fernanda González y Fidel Favela se dedican a la venta de comida. La contingencia sanitaria les afecta en las ventas, pero para paliar la situación recurrieron a las aplicaciones de reparto y los pedidos telefónicos. Dos maneras de enfrentar la crisis.
Fernanda llegó de Celaya a Querétaro apenas hace un mes, allá vendían pizzas. Apunta que a pesar del corto tiempo que tienen en la ciudad, la respuesta de los clientes ha sido positiva, aunque en estos tiempos ha sido más complicado volantear.
“Una no puede llegar con cualquier persona en la calle y darles los volantes por las medidas que están pidiendo acá. Nuestra única alternativa es volantear de casa en casa”, indica.
La emergencia sanitaria les afecta, pues al no haber tanta gente en las calles no se enteran que se abrió un negocio nuevo en Tejeda, en Corregidora, por lo que las ventas no son las esperadas.
“Este negocio lo tenía en Celaya, y me empecé a aclientar desde el segundo mes. Ya regresaban mis clientes, traían recomendaciones, y aquí ha sido un poco complicado, pero no imposible.
Afortunadamente la comida siempre es necesaria y es algo que uno busca. Sí, hemos podido sacar los gastos fijos que son renta, y los servicios, la nómina, pero nos hemos visto cortos. Yo, como encargada del negocio no he tenido una utilidad aunque sea mínima, pero nada que no se pueda sacar a flote”, narra.
Apunta que desde el negocio en Celaya ya tenía las aplicaciones de reparto de comida, lo que en estos momentos le han servido para tener más clientes a través de las mismas.
“Son más usadas, pero sí llego a tener un problema con las aplicaciones, al estar tan saturadas ahorita, no puede tener la calidad con el cliente que ya teníamos. Si tengo un detalle con un pedido, no me pueden ayudar a resolver el problema tan fácil, porque está saturado todo.
“Además, hay mucha más competencia en las aplicaciones que a nivel local (…). Tenemos que innovar, poner ofertas más atractivas, tener otra estrategia de venta, porque si no, no sale. Al ser nosotros nuevos también no nos conocen en aplicaciones y nos pone en desventaja”, indica.
Fernanda apunta que a pesar de lo complicado de llegar en un momento difícil a Querétaro, confía en que podrá salir adelante cuando pase la contingencia y crecer en su negocio. “Hay otros negocios que están cerrando, pero la comida, siguiendo las recomendaciones, podemos seguir. Estamos impulsando el servicio para llevar”.
Fidel explica que ser emprendedor en esta época es muy difícil. “Antes de que comenzara la cuarentena estaban más o menos. Bajas no estaban, pero a partir de que empezó esto y una operación que tuve, comparado con días previos a la operación ha disminuido mucho la clientela, como un 60%”, asevera.
Comenta que desde hace tiempo trabajaba con una aplicación, pero el administrador hizo mal uso del dinero de los socios, dejaron de confiar en él y ya no siguieron, aunque daba buenos resultados, por lo menos para darlo a conocer, más allá de sí logró incrementar las ventas, pues las vistas de la página aumentaron, más gente se metía e interactuaba.
“Aquí, en el local, por Cerrito Colorado, como en la comida para llevar, tenemos la comida a un costo más bajo. Regularmente el menú lo tenemos en 55 pesos, lo que son guisados que preparamos. Ahorita los estamos dando en 50, y las cosas que son para freír, como filete de pescado, pechuga, chuleta, milanesa, están en 55, cuando estaban en 60 pesos. Es algo para no vernos tan afectados, porque si le bajo más ya no sale”, indica.
También aprovecha las redes sociales para ayudarse a vender, aunque sus clientes están acostumbrados a hablar al negocio y es lo que le ha funcionado.
Dice que en la parte de afuera tienen exhibido el teléfono para los pedidos, con números grandes y con la leyenda típica de ‘llame, ordene y recoja”. Es una dinámica que tenemos en Cochiking desde hace tres años que vamos a cumplir”.
Indica que sus clientes “ya se la saben”, pues los llaman temprano, preguntan el menú del día, apartan su comida y avisan la hora a la que van a pasar por ella.
No tienen servicio a domicilio, porque no tienen cómo llevar los pedidos. Sólo son dos personas quienes trabajan por lo regular, por lo que dedicarse a repartir sería complicado, por el momento.
“Quienes ya conocen nuestra sazón, nuestro menú, la cochinita, llaman, preguntan si tenemos cochinita, piden que les apartemos un kilo y pasan por ella. Además del menú de rigor. En esta semana sólo hemos hecho un guisado, cuando por lo regular hacemos tres”, abunda.
Precisa que la contingencia sanitaria y la operación a la que fue sometido se juntó. La cirugía ya la tenía programada, pero no contaba con la emergencia sanitaria del Covid-19.
A Fidel le preocupa su entorno, por lo que la mayoría de sus insumos los compra con sus vecinos que tienen otros negocios, como una forma de apoyarse durante la emergencia sanitaria. “Es una manera de apoyarnos entre nosotros mismos y hacer que circule el dinero”, puntualiza.