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Su primer viaje a Europa, y en particular a España, le ha permitido vivir, escuchar y observar con detalle, durante cuatro días, las manifestaciones de miles de personas en las calles de Barcelona, que exigen derechos humanos y acusan de “fascista” al Estado español por la decisión del Tribunal Supremo contra nueve líderes de la zona.
“Realmente está sitiada la ciudad, desde el Barrio Gótico (…) Es el cuarto día de protestas (viernes 18) y la verdad es que han llamado a un paro monumental en todo Cataluña. La Basílica de la Sagrada Familia está llena de catalanes que protestan (…) Es increíble el sentimiento catalán que ellos tienen”, manifestó Noé Girón, joven de Querétaro que llegó a Barcelona el lunes 14 de octubre.
De acuerdo con Noé, la “mayor” parte de la gente que protesta y se manifiesta contra el gobierno español se reúne en las inmediaciones del Ayuntamiento, en el centro y en el barrio de Gracia. El contingente incluye jóvenes y personas de la tercera edad con banderas, que expresan no sentirse representados ni por el Parlamento ni por el gobierno español.
“Las calles huelen a humo. En algunas partes me tocó ver cómo la gente salía de los departamentos, de las casas, con cubetas a apagar lo que los demás hacían, o incluso vecinos que trataban de convencer a la gente de no encender los basureros, y muy curioso, porque la gente está rompiendo por completo el Estado de derecho aquí”, relató durante la tarde del viernes 18 de octubre, el joven que se ha hospedado en el barrio de El Raval.
Egresado de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Noé explica que la población de Barcelona que salen a manifestarse reclama su derecho a disentir, a construir una democracia propia que se aleje de los intereses del Estado español, y que reivindique su cultura, su lengua y el sentimiento “catalán muy fuerte, muy arraigado”.
“Es increíble como lo están haciendo. Tienen un sentido de democracia, un sentido democrático muy fuerte. Todas las calles están llenas de catalanes que traen, la mayoría, sus banderas en las espaldas. Es algo muy curioso”, expresó.
El proceso social y político que vive la población de Barcelona ha mantenido el turismo en su apogeo. La ocupación de hoteles no ha visto descenso, ni tampoco las visitas a los museos, las plazas públicas y los lugares de trascendencia en la historia de Cataluña.
Además, en la plática realizada vía dispositivos de tecnología, Noé Girón señaló que la lucha contra la represión ha sido no sólo en las calles, sino también en aspectos propios de la cultura y la cotidianidad de los catalanes.
“Se vive lo que se ve en su historia, lo que se ve en sus museos, en el imaginario colectivo; que es siempre la represión hacia el catalán, la prohibición de su idioma, de sus tradiciones, la resistencia de las personas, de sus líderes. Los monumentos catalanes, no sé Picasso, Dalí, Miro, todo el arte catalán es resumible en esos aspectos, y es muy curioso cómo se está llevando a cabo el proceso acá”, concluyó.