De profundos ojos azules, gallarda figura y aterciopelada voz, así era Rogelio Guerra, cuyo nombre real era Hildegardo Francisco Guerra Martínez, y saltó a la fama a los 27 años realizando películas del llamado enchilada western en los años 60, para después conquistar otros continentes a través de las telenovelas.
Nacido el 8 de octubre de 1936 en Aguascalientes, en su juventud fue un muchacho común, que pasó por trabajos como empleado en un banco y botones en el entonces famoso Hotel Continental de la CDMX. Fue precisamente en este lugar donde por casualidad se le abrieron las puertas del mundo artístico: lo invitaron a modelar y durante un tiempo participó en anuncios que ponían su imagen en medios impresos y en pantallas de cine.
En 1958 pisó por primera vez un escenario con la obra A ritmo de juventud, donde conoció a Enrique Lizalde. Comenzó una carrera en cine con 70 filmes y 20 telenovelas, la más destacada: Los ricos también lloran.