El Movimiento Estudiantil del 68 es un acontecimiento que ha dejado honda huella en la historia de México, y la comunidad artística no quedó de lado en la efervecencia social que se vivió hace 50 años.

Bruno Bichir experimentó de primera mano los sucesos ocurridos el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, donde vivía con su familia y aunque era un niño muy pequeño, dice que tiene algunos recuerdos.

“Durante muchos años permanecieron en la unidad de Tlatelolco las huellas de las tanquetas, que quedaron impresas en los adoquines, en los caminos y la plaza. Los elevadores tenían todavía perforaciones (de balas) en sus puertas, incluso había tours para la gente que quería ver estas cosas. Nos acompañó durante un tiempo el impacto de la revuelta y la represión de este momento”.

Curiosamente en 1986 le toca revivir esa noche al lado de su hemano Demián, Héctor Bonilla, María Rojo y Eduardo Palomo, en la cinta Rojo amanecer, la cual se rodó durante dos semanas de manera clandestina, por la censura que se vivió durante el gobierno de Salinas de Gortari.

“Fue una experiencia expiatoria y de homenaje en algún momento, además de compromiso profesional; fue una película que nos cambió la vida a Demián y a mí. Ha sido una fortuna que la película siga teniendo repercusión después de tantos años”.

Quien sigue vivo por una coincidencia es el actor Héctor Bonilla, porque debido a un compromiso de trabajo no estuvo presente en la asamblea que se llevó a cabo esa noche en Tlatelolco.

“Yo estuve involucrado en el movimiento, casualmente por una película muy mala que hice (Narda o el verano, 1970) salvé la vida, porque el 2 de octubre estaba filmando en Acapulco, de no haberla hecho me hubieran matado probablemente”, narra el actor.

Incluso grandes ídolos juveniles de esa época, como Angélica María, tienen recuerdos de esa aquella fecha.

“En ese tiempo yo estaba triunfando muy fuerte y muchos amigos míos fueron víctimas esa noche”, narra.

Daniel Giménez Cacho recuerda que tenía apenas siete años, pero en su conciencia infantil supo que algo estaba pasando.

“En mi casa siempre se ha hablado de política, mi familia siempre ha estado muy involucrada en lo que sucedía y lo que acontece en México. Para nosotros ese suceso siempre significó depresión y abuso”.

El actor nacido en España recordó que incluso su familia estuvo inmersa en las marchas y protestas mucho antes del fatídico octubre del 68.

“Vivíamos a media cuadra de reforma y recuerdo que fuimos a la Marcha del Silencio (septiembre del 68) y para mí era clarísimo lo que pasaba ahí; aún recuerdo las consignas vívidamente”, evoca el histrión.

bft

Google News

TEMAS RELACIONADOS