Fue en 2001 cuando nació el fenómeno cinematográfico Harry Potter. Desde esa primera película, varias generaciones se quedaron fascinadas y siguieron la vida de los tres niños magos en su carrera dentro de Hogwarts y muchos, crecieron al mismo tiempo que Harry, Ron y Hermione.
Hoy, 16 años después de esa primera experiencia, Harry Potter y la piedra filosofal sigue conquistando a chicos y grandes. Así quedó demostrado este viernes en el Auditorio Nacional cuando, a las 20:00 horas, llegaron niños vistiendo el uniforme de la escuela más prestigiosa de hechicería así como jóvenes y adultos que querían revivir la experiencia pero con algo que, sin duda, aumentaría la magia del encuentro: música en vivo por la Orquesta Internacional de las Artes.
Los asistentes, expectantes como en un partido de Quidditch, fueron recibidos en el lugar por un murmullo de instrumentos afinándose. Poco después, el director de la orquesta, Jeffrey Schindler, apareció para dar instrucciones: divertirse al máximo, gritar, aplaudir, revivir o, como seguramente ocurrió en algunos casos, vivir por primera vez el mundo que J.K. Rowling nos comparte.
La música creada por John Williams para el filme también cobró un sentido distinto. El público podía ver los instrumentos levantándose en brazos de los 94 músicos ahí presentes para dar sentido la felicidad, la tristeza o el suspenso de cada escena de la película.
Mientras los personajes hacían sus primeros trucos de magia con la varita que los había elegido, los músicos hacían magia con los instrumentos que los eligieron a ellos.
La felicidad de los asistentes, así como los gritos y aplausos fueron compartidos a lo largo de la película. Todos gritaron conforme fueron apareciendo los personajes de la cinta, y más cuando llegó Hermione, y todos aplaudieron con cada pieza que se escuchó en el Auditorio Nacional de principio a fin, recordando que para la magia, la magia del cine, de las buenas historias y de la música, no hay edad.