La localidad inglesa de Windsor ha vuelto a engalanarse este viernes para presenciar una segunda boda real. En esta ocasión, la princesa Eugenia de York, contrajo matrimonio con Jack Brooksbank. Uno de los secretos mejor guardado durante los preparativos para la boda, era quién estaría a cargo del vestido. Por fin el misterio se acabó y los diseñadores Peter Pilotto y Christopher de Vos fueron los creadores de este diseño.
Bajo el sello de la marca británica Peter Pilotto, la princesa Eugenia de York lució un elegante vestido color marfil de manga larga con escote ligeramente en V con caída en hombros en la parte delantera. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue el profundo escote en la espalda que dejaba ver su cicatriz, producto de una cirugía a la que se sometió a los 12 años para corregir la escoliosis. Esta decisión fue unapetición especial que la princesa realizó a los diseñadores.
El tejido, un jacquard de seda, algodón y viscosa especialmente diseñado para la ocasión en la ciudad de Como, Italia, incorpora en forma de brocados, muchos símbolos con gran significado para la princesa, ya que el vestido con el que su madre, Sarah Ferguson, se casó en 1986 con el príncipe Andrés, también tuvo este tipo de detalles.
Los símbolos ocultos en este vestido incluyen el cardo de Escocia, el cual hace alusión a la afición que tiene la pareja por Balmoral, el trébol de Irlanda que simboliza al país originario de la familia Ferguson, la rosa de York y la hiedra, signo de su propia casa.
Bajo el vestido, Eugenia de York lució unos peep toe satinados de Charlotte Olympia, los cuales completaban el look.
Las pruebas de vestuario fueron complejas, ya que estevestido fue hecho capa por capa. En un comunicado de prensa publicado por la familia real, se detalló el proceso de confección. “Se comenzó por el corset y se continuó con la compleja falda que va debajo del vestido. Posteriormente se realizó el cuerpo del vestido y finalmente la enorme falda drapeada por la parte trasera”.
Otra de las sorpresas fue que la tiara que escogió para un día tan especial. Muchos aseguraban que llevaría la tiara 'York' de su madre, sin embargo, la princesa Eugenia optó por la tiara Greville Emerald Kokoshnik de la reina Isabel II.
Esta tiara está hecha de diamantes incrustados en platino, decorada con seis esmeraldas pequeñas en cada lateral y una grande de 93.70 quilates en el centro. Es una pieza de la casa joyera Boucheron de 1919 que la señora Margaret Greville legó a la reina Isabel en 1942.
Como complementos, Eugenia de York usó unos aretes de diamantes y esmeraldas, los cuales fueron regalo de Jack Brooksbanks y gracias a la ausencia de velo y al peinado, obra del peluquero Sonny-Jo MacFarlane, se pudieron apreciar los detalles de estos pendientes.
El ramo fue creación de Patrice Van Helden Oakes, hermana del conocido florista Rob Van Helden, e incluyó lirios del valle, jazmines, cardos azules y rosas blancas, así como ramitas de mirto de la Casa Osborne. El resultado ha sido un discreto ramo ligeramente en cascada, en blanco, azul y verde.
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