A lo largo de su carrera, Álex de la Iglesia siempre ha tenido opiniones punzantes sobre el cine y la manera en la que se maneja.
Alex fue uno de los pioneros a favor de que plataformas como Netflix apostaran por el cine, aun cuando muchos cineastas advierten que el cine en televisión no es cine.
También ha sido de los primeros que señaló que ningún cineasta debería sucumbir a presiones por una cuota de género o raza en sus proyectos, si el trabajo no lo requiere.
Ahora, el realizador de 52 años pide a la industria fílmica y a los cinéfilos que ante la ola de acusaciones sobre abusos en contra de directores y actores en Hollywood, se sepa distinguir la diferencia entre la vida privada de los acusados y su trabajo.
“Todos tenemos que estar en contra del abuso pero de ahí a decir que no se debe ver el trabajo de los implicados, es algo contradictorio, porque muchos de ellos son grandes actores o directores y las cosas terribles que han hecho en su intimidad no hace que su trabajo no sea bueno”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
El español es claro al afirmar que por nada del mundo se debe tolerar el abuso o la violencia, pero dice que eso no opaca el trabajo de los acusados.
“El asunto (del acoso) es peliagudo, llega un punto en el que debemos saber diferenciar entre la realidad y la imaginación, qué tanto de lo que dicen los afectados es realidad y qué tanto no. Por decir, Kevin Spacey es un miserable, pero su trabajo es sobresaliente, es un tipo que ha hecho una carrera extraordinaria y creo que borrarle de una película me parece algo absurdo”, señaló Alex.
El caso de Harvey Weinstein ha hecho que se abra una caja de pandora que consiguió que otros directores y actores sean acusados de abuso. Para De la Iglesia, los niveles de denuncia que ha alcanzado Hollywood son tales que en lugares como España o en Latinoamérica no llegarían a suceder por una simple razón: nadie es tan grande como Hollywood.
“El problema de Weinstein es que existe una relación directa entre el poder y creo que eso ocurre cuando hay mucho poder y en España o México, por decir algo, no hay tanto. Machistas somos en todo el mundo y es algo que tenemos que desarraigar, eso debemos atacar”, confesó el director de El día de la bestia (1995).
¿Qué pasaría si en una noche con los amigos y la pareja, los presentes deciden jugar una actividad en la que todos dejaran sus teléfonos móviles sobre la mesa y cada uno de los mensajes y llamadas que entraran a cada teléfono serían leídos y escuchadas por todos?
¿Que tan dispuesto estarías a que tus amigos y tu propia pareja se enterara de los secretos que guarda tu teléfono?
De la Iglesia no se ha quedado con la duda y por ello decidió rodar su nueva cinta Perfectos desconocidos (actualmente en cartelera), en la que pone al descubierto hasta qué punto las personas pueden y deben ser transparentes y honestas con quienes los rodean y aman.
“Hoy, el móvil forma parte de tu cabeza y perderlo es como perder un brazo. Dejarlo sobre una mesa al alcance de todo el mundo es como desnudarse. Lo que destaca la película es la pérdida de la intimidad. Todo lo compartimos. Todos sabemos dónde están los demás a cada rato, qué hacen y con quién están”, dijo.
Esta manía por la tecnología móvil y por las consecuencias negativas y positivas que puede tener ser dependiente de él, logró que De la Iglesia aceptara dirigir este remake de la película italiana Perfetti sconosciuti (2016), dándole su toque.
“Se diría que formamos parte de una especie de entidad universal, las redes sociales, en las que hemos entrado de sopetón. No hemos aprendido a preservar nuestra intimidad”, explicó el español.