César Millán tiene esperanza en los millennials. El encantador de perros explica que esta generación de jóvenes es más consciente de los seres vivos y de los perros, de tratarlos con cuidado y con respeto.
“Esta generación tiene más intención de hacer algo por ellos (los perros), las tendencias que ellos han aprendido están cambiando, con respecto al pasado. La joven América Latina y las redes sociales están haciendo cosas tremendas, como rescatar perros, cuidarlos, crear albergues”, dice César vía telefónica.
Es de esta forma que en un intento por acercarse a esas generaciones más jóvenes, Millán decidió grabar un nuevo programa a lado de su hijo André, de 22 años, titulado Días de perro con César Millán, que se estrena este jueves a las 19:00 horas por NatGeo Wild.
Compuesta por ocho episodios de una hora, padre e hijo recorrerán distintas ciudades de Estados Unidos con la misión de ayudar a todos los amantes de los perros con consejos simples y soluciones verdaderas para “perros problemáticos”.
“Mis hijos siempre han trabajado conmigo, es una tradición muy latina, éste es nuestro negocio, es una cosa que yo he hecho con mi abuelo, y quiero que ellos continúen con esto que yo comencé. Y los jóvenes van a poder identificarse con André, porque yo soy El encantador de perros, pero él es el joven”, agrega.
Según el mexicano, los problemas que generan los perros son los mismos en todas partes del mundo, sin embargo, hay elementos culturales que sí hacen diferente el trato a los perros.
“A los perros, la fama, el dinero y el doctorado es algo que no les importa, ellos necesitan una vida simple y natural. Aquellos que generan problemas de comportamiento es porque son perros que no tienen una vida natural y simple. Un perro pobre, un perro más feliz que cualquier otro”, comenta.
Además de contar con los tradicionales casos, Millán también presentará temas de rehabilitación. Por ejemplo, la historia de perros que iban a ser comida en China y que ahora tienen que ser devueltos a la normalidad.
También compartirán historias de ONG’s dedicadas a rescatar perros y rehabilitarlos. Desde Washington hasta las soleadas playas de California, en donde El encantador de perros pudo comprobar que es más fácil que un soldado norteamericano tenga acceso a una pistola que a un perro.
“Hay soldados que regresan de la guerra con heridas tan graves como la que es perder la vista, pero lejos de que estas organizaciones les faciliten un perro guía, hay una serie de trabas, dicen que no hay dinero, pero es de lo que más hay”.