Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, suelen poner algunas producciones de televisión. Pero en el caso de las narcoseries, las historias de los bandidos están basadas en lo que se cuentan a través de los titulares de prensa.
Los escritores se inspiran en los sucesos noticiosos para contar la vida de estos protagonistas y adornar con ficción sus aventuras.
En los últimos seis años, programas como El Señor de los cielos, Narcos, El cártel de los sapos y La reina del sur, mostraron cómo estos narcotraficantes construyeron sus carreras en el crimen organizado.
La popularidad de estas tramas los convirtió en los programas más vistos, pero las cosas cambian.
Las noticias han reportado la captura de varios malhechores y parecería que las aventuras, explosiones y balaceras han terminado y que estos anti héroes se han quedado sin mayor emoción. Gran error.
Los escritores encontraron una nueva forma de seguir adelante: contar la vida dentro de las prisiones.
Tras barrotes y entre custodios, las cosas también son interesantes. La querida del centauro, El marginal, Enemigo íntimo y ahora El recluso, son programas que cuentan la vida de los delicuentes desde la cárcel.
Luis Felipe Tovar participa en esta última serie, producción de Telemundo, a estrenar el próximo 25 de septiembre.
“Ahora todos los narcotraficantes están en la cárcel. Por eso ahora hay que contar lo que hacen aquí, porque estando dentro de la prisión no se les acaba la carrera”, dice el actor.
Así se cuenta.
En El recluso se narra la vida de un infiltrado, un ex marine estadounidense, Lázaro Mendoza (Ignacio Serricchio, Perdidos en el espacio), quien ingresa en una prisión de máxima seguridad en México (La Rotunda), bajo una identidad falsa y acusado de un triple homicidio.
Su misión es infiltrarse dentro de una pandilla de presos y custodios que opera dentro y fuera del penal. Ellos son los principales sospechosos del secuestro de la hija adolescente de un juez estadounidense llamado John Morris (Guy Ecker).
Para Erick Hayser, quien da vida a uno de los pandilleros, contar esta historia es parte de la congruencia.
“Son realidades que existen y creo que siempre es importante hablar de las cosas que pasan, mostrarlas al mundo”, considera.
“Además, mi personaje toca un tema coyuntural, el de la supremacía blanca. Es algo que está tomando mucha importancia y que ya viéndolo de cerca, entiendes lo relevante y complejo que es”, dice el actor.
Heyser y Tovar son miembros de la parte criminal y coinciden en que las narraciones que van construyendo los personajes siguen siendo reflejo de un tejido social que es real.
“Todos sabemos, por oídas, lo que sucede dentro de una prisión, pero poco se muestra realmente. A pesar de que esto es ficción, estamos hablando de un lugar en donde hay muchas personas, en donde algunos inocentes han estado o donde hay alguna persona cercana”, comenta Tovar.
El recluso es una nueva versión de El marginal, producción argentina que estrenó Universal Channel en febrero de este año. Ahí, Diego Pacheco interpretó a uno de los prisioneros.
“El marginal no es una denuncia, simplemente hace un retrato neutro y una opinión acerca de una corrupción que existe, de una realidad latina”, subraya el actor colombiano.
A diferencia de la versión argentina, El recluso se grabó en un estudio de televisión, mientras que la producción sudamericana sí tuvo como set principal una vieja prisión.
Además de mostrar la dinámica entre los reclusos, sus prácticas y hábitos dentro de prisión, también se destacan a otros personajes.
Ana Claudia Talacón (El crimen del padre Amaro) interpreta a Frida Villarreal, una abogada que es parte del personal que defiende los derechos de los presos.
“Mi personaje en la serie argentina no tenía tanto peso como acá. Pero su objetivo es mostrar una cara que también intenta ayudar, que es una mujer fuerte en medio de un ambiente hostil”, cuenta la actriz.