Sus ojos azules se vuelven temibles cuando da vida al narco El Loco, en la serie La querida del Centauro, pero el actor venezolano Albi de Abreu recordó que en sus inicios esta clase de personajes estaban lejos de su alcance.

“Era siempre el galancito y no me querían dar otra cosa que no fuera el yuppie o el buen mozo”.

Pero las cosas cambiaron con Ítalo, el villano de Cumbia Ninja, el cual llegó a sus manos a través del director Felipe Martínez, que le pidió un personaje con un gran sentimiento de tristeza y apaleado por la vida. “Me cayó muy bien, a la gente le gustó mucho y a partir de ahí comenzaron a abrirse personajes como ese. Hice una película que se llama Saluda al diablo de mi parte, en el que hago a un asesino a sueldo; luego llegó la serie El Comandante, en la cual me tocó dar vida a un banquero oportunista, y ahora El Loco, que es un villano con un tinte muy diferente”.

De Abreu expresó que quiere que estos personajes sigan llegando a él porque lo desafían como actor y lo obligan a progresar en su oficio, demostrando al público y productores que tiene un rango actoral amplio. Por eso está feliz con El Loco, quien aparece en los capítulos finales de la segunda temporada de La querida del Centauro.

“Siento que mi objetivo como actor se cumplió, que justamente era darle un aire divertido a todo el drama que traía el Centauro. Se venía manejando una trama bastante tensa, entonces para darle un poquito de respiro, para que la gente pudiera disfrutar más la historia, pensaron en meter un personaje que le diera más dinamismo a la trama. Cuando El Loco se junta con el Centauro es como una pareja explosiva”, explica.

Pese a haber interpretado varios antagonistas en los últimos años, Albi de Abreu no teme a que lo encasillen ahora en estos personajes. “Ya voy hacer otro proyecto llamado La Bandida, ahí hago a un mafioso que no es violento y hasta puede llegar a ser encantador, es un tipo que todo mundo quiere, entonces creo que es una oportunidad de salirme de toda esa racha de villanos, porque si te llegan a etiquetar ya es responsabilidad de cómo manejas el asunto”.

Esta historia que ya comenzó grabaciones en la Ciudad de México y a la cual se integrará a trabajar en dos semanas, abordará la historia de Graciela Olmos, una mujer que vivió en los tiempos de la Revolución y que tuvo mucho contacto con la gente del poder (generales, empresarios y políticos), gracias al cabaret que fundó.

“Es lo bonito que está pasando ahora con las series, antes en las telenovelas veías a un villano que era malo las 24 horas y siete días a la semana, pero no sabías por qué era malo. Actuamente le dibujas una línea mucho más humana y realista, por eso generalmente son personajes encantadores, pero al momento de tomar decisiones es cuando ellos se ven en una encrucijada: ¿hago el bien o el mal? Es ahí donde esta clase de personajes elegían hacer el mal. Siento que son más realistas y pueden enseñar más al público”.

Albi tiene dos años en México pero no había tenido la oportunidad de hacer algo aquí.

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