En un coqueto piso del centro de Madrid vive Rachel Marron.

La ficticia diva pop de El guardaespaldas, el éxito cinematográfico de Whitney Houston en los años 90, tiene una reencarnación mexicana en el espectáculo musical que esta temporada se estrenó en la Gran Vía.

Se trata de Fela Domínguez (Ciudad de México, 1989), cantante de la Big Band Jazz de México y ahora actriz en este pequeño Broadway español, donde se concentran en una avenida casi una decena de grandes musicales internacionales.

Hija y nieta de músicos, Fela se siente más cómoda como cantante que como actriz. Por eso no planeaba volver a participar en un musical después de actuar como Nala en El rey león en México.

Pero entonces le llegó la propuesta de convertirse en Whitney Houston.

“Fue a través de Carlos Rivera, que es un buen amigo y me habló del papel. El guardaespaldas no es un musical corriente. No hay que cantar de forma dramatizada, como ocurre por ejemplo con Wicked. Aquí es un auténtico concierto por escenas. Es un gran recital con 13 canciones, pero además con coreografías, cambios de vestuario, y 30 bailarines y actores. Además, para mí es un sueño de infancia interpretar a Whitney Houston”, explica a EL UNIVERSAL en el salón de su casa.

Domínguez envió a los productores españoles unos videos caseros en los que cantaba temas de la estadounidense. Les gustaron y la llamaron a Madrid para una audición.

Ahora puede explicar lo que cuesta alcanzar el reconocimiento como protagonista en el duro mundo de los musicales. “Es padrísimo. No me quejo porque estoy muy feliz, pero es cierto que cada función me drena”, reconoce.

El guardaespaldas exige una disciplina prusiana. Muchas horas de sueño, nada de salidas nocturnas, nada de chile siquiera. La obra está en cartel en el Teatro Coliseum de Madrid.

“Dura dos horas y 20 minutos, muy exigentes en lo físico, en lo vocal y en concentración. Debemos estar allí una hora y media antes para el calentamiento físico y vocal”, cuenta Domínguez.

Dos actores se turnan en el papel de protagonista masculino, Maxi Iglesias e Iván Sánchez, pero hay una sola Rachel Marron por la que estén dispuestos a dejarse disparar. “Y es mejor para mí, porque estoy en escena todo el tiempo excepto ocho minutos, pero ser la única cantante en un espectáculo como éste es mucho esfuerzo”, ríe la cantante.

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