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Varias piñatas a medio terminar cuelgan del techo de lámina del pequeño espacio de no más de metro y medio por tres metros de lo que parece ser un patio o recibidor. En el piso de cemento rústico hay desperdicios de papel, una banca improvisada, algunos muebles y artículos varios.

A un lado, dos cuartos de tabicones, con paredes sencillas sin repellar, que albergan una recámara y una cocina-comedor. En el exterior, cercas de madera y carrizo. Es la morada de Yalitza Aparicio Martínez y su familia, compuesta de padres, una hermana y dos hermanos, además de su sobrino consentido.

En el exterior, pobreza. Calles pedregosas y empinadas, casas dispersas en la llamada Agencia de Policía Campo de Aviación, una zona de riesgos ante el escaso transporte, nula vigilancia policíaca y por su distancia del centro de la ciudad, unos cinco kilómetros.

Violento lugar

Nadie sabe bien cuándo la inseguridad sentó su reino en la Heroica Ciudad Tlaxiaco, municipio de la región mixteca que vio nacer a Yalitza y distante unos 175 kilómetros de la capital. Porque también es el centro comercial de diversas comunidades cercanas.

Pero el otrora llamado “París chiquito” es ahora un “municipio rojo” en el que se vive un infierno mientras que la novel actriz de Roma vive días de gloria al lado del cineasta Alfonso Cuarón y recorre México, Estados Unidos y Europa.

Con reminiscensias francesas por el paso de tropas en la zona durante el porfiriato y la afinidad de las familias adineradas a la moda parisina, Tlaxiaco se convirtió en años recientes en un lugar de violencia, conflictos con el transporte público, linchamientos, intentos de linchamientos y, lo más reciente, el asesinato de una persona en plena festividad, a los ojos de cientos.

También es un municipio con alta marginación y pobreza, a pesar de ser un centro comercial importante de la región.

Yalitza nació en Tlaxiaco y vivió primero en la colonia Flores Magón, hasta que, con sus padres y su hermana, decidieron hace unos tres años comprar un predio en la Agencia Campo de Aviación, alejada unos cinco kilómetros del centro.

Don Raúl Ismael Aparicio, su padre, es originario de Santa Catarina Yosonotú y doña Margarita Martínez Merino, su madre, de San Miguel Copala (donde les mataron un pariente hace unos días). De la mezcla de las etnias mixteca y triqui son los cinco hijos del matrimonio, Edith la mayor, de 25 años; Yalitza de 24; Alex Uriel, un joven fallecido; Jesse Akwid, de 15 y Pedro, de 12.

Larga historia

Mientras esperan la autorización vía telefónica de una entrevista con la familia, narran sus orígenes, el orgullo de la sangre mixteca y triqui, los fríos vientos que azotan a la vivienda asentada en un montículo, así como las complicaciones del transporte para llegar al domicilio pues taxistas y mototaxistas temen a la inseguridad.

Edith platica que la fama comienza a acosarlos e incluso a ella la confunden con Yalitza; a la actriz la ligan con su pequeño sobrino, pues siempre carga con él, porque es el consentido de la familia.

“La casa es de todos los que vienen, sólo ese es el pequeño problema, bueno, no problema, sino la restricción que le ponen a Yali, pero ya estamos tratando de solucionarlo”.

Yalitza Aparicio Martínez fue siempre una niña tímida, “algo miedosa, muy precavida, seria, la más sobreprotectora”, platica Edith.

La actriz tuvo problemas de lenguaje y hasta los siete años comenzó a hablar fluidamente, pero eso no impidió que cursara primaria, secundaria y bachillerato.

Se movió a Putla Villa de Guerrero, también en la Mixteca, para cursar la licenciatura de Profesora de Preescolar en la Escuela Normal.

Por problemas en la Sección 22 del SNTE, no logró la ubicación en una escuela, por lo que retornó a su municipio natal donde fue profesora del preescolar “México”.

“Ella nunca dijo que quería ser actriz, porque quien ha sido un poco explayada soy yo; me gusta cantar, amenizo donde me invitan, me gusta salir, bailar, la literatura, la poesía. Pero ella no, eso sí, era futbolera; le gustaba mucho estudiar, se graduó en la Normal con excelentes calificaciones”, explica la hermana mayor de Yalitza.

Un día de hace unos tres años, el staff de Alfonso Cuarón llegó a Tlaxiaco para realizar un casting. Miguel Ángel Martínez Oceguera, entonces director de la Casa de la Cultura, llamó a Edith. “Morenita, ven a un casting porque quieren actrices para una película, no importa que no sepan del tema”, le dijo. Acudió ella, embarazada entonces, pero también llamó a la tímida Yalitza, quien se resistía. Finalmente pasó a la prueba y dos meses después la llamaron a la Ciudad de México.

“Tenía cierto temor, no fuera a tratarse de un asunto de trata de mujeres, porque hay muchas desaparecidas. Pero no, la gran noticia no fue que había pasado de fase sino que era la seleccionada”, dice Edith.

Así comenzó la fama de Yalitza. Hoy ROMA está nominada al Spirit Award y ya ganó el Hollywood Film Award.

La necia realidad

Mientras tanto, su natal Tlaxiaco sigue envuelto entre pobreza e inseguridad.

De acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval) y el INEGI, hasta el año 2015, Tlaxiaco tenía 39 mil 945 habitantes, con 10 mil 414 viviendas particulares; su grado de rezago social es medio.

El 18.30% de su población presenta rezago educativo; 23.6% carece de servicios de salud y 21% no tiene agua entubada.

Tlaxiaco cobró mayor notoriedad el 20 de octubre, cuando en plena celebración religiosa con paseo de músicos, disfrazados y bailarines fue asesinada una persona.

Los escándalos políticos también han sido recurrentes. El 8 de noviembre inició una protesta ciudadana en rechazo a la inauguración de un nuevo hospital, que se sitúa justamente en la colonia donde vive Yalitza y su familila.

bft

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