Un video en el que aparece Luis Miguel recostado sobre unas sillas en un aeropuerto y una mujer haciéndole un masaje, tras cancelar el miércoles un concierto en Guayaquil, ha causado polémica en redes sociales.
Y es que muchos no han desaprovechado la oportunidad de arremeter contra el cantante, al que han acusado de estar bajo los efectos del alcohol o con cierto estado de confusión, y señalado que esa pudo ser la razón de la suspensión de su única presentación en Ecuador en el marco de su gira por el continente americano en 2019.
Sus seguidores ecuatorianos habían esperado siete años para verlo en el país después de su última visita en 2012, cuando ofreció dos conciertos, uno en la capital, Quito, y otro en Guayaquil.
Pero el miércoles la convocatoria, que había generado enorme expectación, tuvo que ser cancelada debido a un intenso aguacero acompañado de viento, que dañó parte de los equipos técnicos y el escenario del Estadio Modelo Alberto Spencer, sobre el que directamente cayeron fuertes precipitaciones.
Así lo explicó Juan Carlos Carmigniani, responsable de la empresa ecuatoriana organizadora del evento musical So High Events, que quiso zanjar que el espectáculo se canceló únicamente debido a problemas técnicos.
"Los equipos de producción que trajeron los responsables de la gira de Luis Miguel sufrieron importantes daños la noche del miércoles porque a las 8:30 de la noche cayó una tempestad que duró varias horas", señaló.
Precisó que la presentación se había programado para el 13 de marzo a pesar de que se sabía que caía en plena temporada de lluvias en la región, y que los equipos trabajaron durante medio año para que todo saliera perfecto.
Refirió que la productora local había tomado medidas preventivas y que sus equipos estuvieron resguardados de la lluvia en todo momento y no sufrieron daños, pero que lamentablemente los que trajeron los responsables de la gira del mexicano quedaron a la intemperie y resultaron dañados.
Entre ellos consolas, luces, generadores de energía o pantallas, que presentaron cortocircuitos, por lo que "no había forma de presentarse porque los elementos importantes de la producción no pudieron ser reemplazados".
El estadio, abierto y con una escueta techumbre que cubría parte del graderío tiene un aforo de 19 mil espectadores y alrededor de 16 mil habían comprado entradas para ver al intérprete de temas como "Por debajo de la mesa" o "No se tú, pero yo".
"Lo acusan de que estaba ebrio o en condiciones impresentables, pero el artista estuvo en el estadio a la hora acordada, listo para cantar y los equipos que sufrieron daños eran los que trajo su producción", confirmó el productor ecuatoriano antes de reiterar que "en ningún momento se negó a presentarse".