Basta con que los famosos suelten un tuit o un comentario en redes sociales para desatar discusiones que pueden ir de los temas más triviales (como el pleito de Aleks Syntek con los reggatoneros) a los más complejos (como la carta de suicidio que dejó Armando Vega Gil).
Para el especialista Ricardo Dávila, las redes sociales han permitido cierta horizontalidad en la comunicación, que conlleva a que las publicaciones de los famosos puedan tener diversos impactos positivos y negativos en la sociedad.
“En las redes, serán cuestionados y criticados según la inmediatez, ideología, necesidad y humor de cada usuario. Evidentemente un buen tuit, del tema que sea, puede ayudar a que una carrera siga despegando, pero uno realmente malo puede hasta sepultarla”, dijo Dávila.
En el caso de Syntek basta recordar cuando contestó a un usuario que se refirió a su música como “música godínez”. “¿Con qué música crees que alguien se envalentonaría para ir a secuestrarte o violar a una persona: Emmanuel, Syntek o Farruco o Bad Bunny? El problema de la música de ahora es que es de delincuentes, ¡piénsalo!”, tuiteó.
Para el especialista en redes sociales, Hugo Ernesto López Menéndez, los personajes con cierto poder toman las redes con el fin de sacar beneficio para sus causas.
“A muchos les funciona el tema de la ira, por ejemplo, a los políticos, cuando alguien está cometiendo un error se viraliza, pero para protección, como ahora está el tema de la mujer, es de gran ayuda”.
El cantante Miguel Bosé también ha recurrido a Twitter para pronunciarse en contra de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
“Maduro, pedazo de malnacido, sabíamos que eres incompetente, ignorante, farsante, dictador, marioneta, corrupto, narco, cobarde, criminal, pero ahora sabemos que eres el asesino criminal del pueblo venezolano. Que Dios te maldiga y te fulmine. ¡Y pronto!”, escribió.
Sin embargo, estos debates podrían salirse de control y las personas que están a favor o en contra de las ideologías que pronunció alguna figura pública, podrían desencadenar ataques físicos y en un caso extremo, la muerte.
“La indignación colectiva en redes tiene rato de existir. Recordemos que existieron las denominadas shitstorm que eran básicamente pasar una indignación de lo digital a lo físico y viceversa. El problema con ese tipo de indignación en redes es que no hay una campaña coordinada y clara para manifestarla: cada usuario o usuaria manifiesta lo que piensa y muchos terminan por tener contradicciones o diferencias entre los mismos simpatizantes de alguna campaña”, explicó Ricardo Dávila.
Al actor Benito Castro, quien lleva más de 50 años de carrera y ha conocido los devenires de decir algo públicamente, la experiencia le ha enseñado lo peligroso que es.
“Ya lo aprendí, ni le entro a las cadenas, ni le entro a esos rollos ya, se acabó, cada quien que se haga responsable de su computadora. Es muy delicado soltar la lengua a diestra y siniestra sin tener los elementos como para aseverar o negar algo”.
No hay una legislación que regule las actividades de los usuarios en internet, sólo hay ciertos controles y reglas por parte de cada red social, así que sólo queda ser consientes del contenido que cada quien publica.