Por segundo año consecutivo se llevó a cabo el festival Medieval y Renacentista Querétaro, en el que bufones, orcos y caballeros destacaron entre los asistentes.
En el marco del festival Medieval y Renacentista Querétaro, los visitantes pudieron sumergirse en una experiencia única
Como si se tratara de un viaje en el tiempo, cientos de fanáticos de la época medieval se dieron cita en las instalaciones de Hacienda Tovares, en el municipio de Cadereyta, para ser testigos de una fiesta llena de música y diversión.
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Al llegar al lugar destacaban las jaimas —tiendas de campaña hechas de cuero— tal como se usaban en los campamentos, así como en los “mercadillos” de aquella época, que albergaban artículos a la venta como espadas, hachas, cascos, entre otros elementos ad hoc a la temática para completar el outfit.
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Durante dos días el programa ofreció distintos tipos de espectáculos.
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Hubo variadas propuestas gastronómicas y además los asistentes conocieron una de las bebidas más representativas de la región nórdica, la “hidromiel”, un destilado a base de la fermentación de miel de abeja, ofrecida por “Alquimista”, una marca artesanal originaria de la Ciudad de México.
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También hubo bailes tradicionales y justas por parte de compañías profesionales en el ámbito, tal fue el caso de Mundo Medieval, una organización que acudió con su equipo desde Guadalajara para presentar un combate escénico.
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“Estamos aquí porque nos encanta todo lo relacionado a esta temática; nos gusta caracterizarnos y sacarle una sonrisa a la gente. Además vendemos accesorios, vestuarios, dijes, cuernos y varias cosas del estilo, hechas a mano”, comentó Celeste López, integrante del grupo Dracolich.
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Caída la tarde, los invitados se reunieron en el campo de batalla para ser testigos de verdaderos enfrentamientos de justa.
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Las justas son combates entre dos contendientes a caballo con una lanza para reclamar el derecho a sus terrenos.