Diego González Tafoya y Juan Pedro Beguerisse Bracho son dos jóvenes que han hecho del emprededurismo su herramienta para crear un espacio de coworking, teniendo como principal acento un enfoque arquitectónico agradable y perfectamente planeado para coincidir con el entorno.
Diego y Juan se conocieron en un lugar similar al que ahora han creado, que se llamaba la Jabonera, ya que la dueña de ese sitio supo que Juan Pedro tenía la idea de comprar un terreno con esa intención y que Diego también soñaba con fundar un lugar en donde se pudiera trabajar con estilo.
“Nosotros estábamos seguros de que esto iba a funcionar porque veíamos a esa gente trabajando en cafés e identificamos un gran mercado que está emprendiendo y no se puede amarrar a rentar una oficina cara, un espacio que sea más libre y que se encuentre con personalidades creativas que irán haciendo mancuerna entre ellos. Krow fue un riesgo y una apuesta, sí nos fuimos por todo, pero sabíamos que iba a funcionar”, señaló Diego acerca de este proyecto.
Ubicado en el corazón de la ciudad, frente a uno de los edificios más importantes del estado –la antigua estación de ferrocarril– está inspirado en los mejores espacios coworking de Nueva York y México, precisó.
Krow fue diseñado con la idea de transmitir la identidad de la zona y por eso fue construido de tabique, tal como la estación, para así atraer las miradas de curiosos e invitarlos a participar a este “gym de trabajo”, como el cocreador lo define.
Explica que dentro de los 2 mil 500 metros de construcción convergen despachos de diseño gráfico, industrial y arquitectura.