Los espectadores ven bombardeados sus sentidos. Un acróbata se sostiene de un aro a seis metros de la pista, donde un grupo de bailarines se mueve de manera sensual. Se tocan, se acarician, mientras el hombre gira el aire. Los presentes no saben a dónde mirar. Así es Dolce Vita, un circo para adultos, mezcla de las artes circenses, cabaret y burlesque que ofrece una experiencia distinta a los asistentes.