El rescatista queretano que entró al Colegio Rébsamen
Alejandro Reynoso Sámano, rescatista de la Cruz Roja Mexicana delegación Querétaro, acudió a la Ciudad de México a las pocas horas que ocurrió el sismo el pasado 19 de septiembre.
Durante los tres días que apoyó en labores de rescate pudo ver los contrastes: la crisis social que vivió la población y la solidaridad desbordada por querer apoyar a quienes quedaron atrapados entre los escombros.
Redacción
Alejandro relata que lo vivido durante su estancia en la Ciudad de México lo dejará marcado para siempre, ya que lo que se relataba en crónicas, videos y fotografías no se comparaba con la realidad.
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“Me tocó ingresar al colegio Rebsamén dos veces. En una no hicimos contacto con nadie, el edificio empezó a crujir, no puedes saber si fue replica o no pero lo que te puedo decir es que el edificio truena y nosotros estamos adentro, acostados pecho tierra, vas estabilizando y metiendo polines y vas abriendo para hacer contacto o encontrar a alguien y en ese momento se estremece el edificio y la gente que cuida la seguridad nos saca antes de que algo malo pueda pasar”, afirma Alejandro Reynoso.
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Alejandro plantea que con los sismos es necesario que la población tenga la conciencia de invertir en sí mismos para su autocuidado, ya que de un momento a otro aquella persona que lo tiene todo lo pierde en cuestión de segundos.
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Pablo Salas Noriega, paramédico de la Cruz Roja quien acudió como binomio canino afirma que la voluntad de las personas se sentía en cada momento.
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Durante su participación en la Ciudad de México, en cada edificio realizaban un croquis mediante el cual los perros detectaban el calor corporal de las personas. Mandaban otros dos binomios y si coincidían, anunciaban que había señales de vida bajo los escombros.
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Según refiere Pablo, ser binomio canino en esos momentos adquiría una dimensión mayor por la responsabilidad que cargaban, ya que de sus señales dependía la esperanza de encontrar con vida a personas que yacían atrapadas.
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Desde hace ocho años, Pablo está dedicado a su trabajo en la Cruz Roja, cuatro de ellos enfocado en los binomios caninos, actividad que disfruta porque puede trabajar con su mejor amigo y que además representa su sombra.