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Exquisito mariage de comida, vino y experiencias

Tres días de música, cultura y arte se vivieron en San Miguel de Allende en el marco del Festival MAG, que reunió los lugares más exclusivos de la ciudad y talento nacional para deleitar a sus invitados

Exquisito mariage de comida, vino y experiencias
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Exquisito mariage de comida, vino y experiencias
20/07/2017 |05:00
Redacción Querétaro
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Market of Arts and Gastronomy SMA 2017 (MAG) reunió deliciosa comida cocinada directamente por el chef Enrique Olvera, maridados con una selección de vinos de Monte Xanic y la sorpresa de increíbles exposiciones comestibles, todo orquestado por Bruce James, director de Hotel Matilda, en San Miguel de Allende.

Del 13 al 16 de julio se celebró la primera edición de un festival innovador en su género que promete repetirse cada año. En conjunto con el Hotel Rosewood, de SMA se conmemoró uno de los eventos más grandes en su gama dentro de la ciudad, en el que destacó la participación de importantes chefs, restaurantes, hoteles, mixólogos, artistas, bodegas de vino y compañías dedicadas a la gastronomía.

El evento ofreció un concepto interactivo, amigable e íntimo, que creó un ambiente adecuado para que grupos de amigos, familiares o parejas, gozaran de buena comida, bebida y arte, de manera exclusiva.

Algunas de las actividades que destacaron en estos días fueron, “Petit Comité Eventos Culinarios & Artísticos”, que fueron cenas celebradas en selectas locaciones, tales como Casa Armida, Casa Dragones y el restaurante Moxi, del Hotel Matilda. Por su parte, las dinámicas “Talk” permitieron que los chefs y los artistas invitados pudieron compartir sus experiencias personales.

Sin duda, uno de los momentos más esperados fue la apertura del festival con una cena kickoff en Moxi, donde el reconocido chef mexicano Enrique Olvera lideró la cocina.

“Me siento parte de una familia, eso es lo más padre de cocinar, estar ahí en un espacio con todos chacoteando. También me encanta ver esta transformación de los productos desde su inicio natural hasta el plato final es increíble”, destacó Olvera.

Luego de la degustación de los tres tiempos, los comensales fueron sorprendidos por un delicios postre interactivo, ya que de una habitación colgaban algodones de azúcar blancos simulando nubes, mientras vitrales y obras de arte puestas en caballetes se encontraban alrededor para el deleite de los golosos.

“Es padre ver la cara de la gente porque el postre que se están comiendo es serio, pero poner un poco de juego es increíble, ya que rompe el esquema y no sólo estás sentado en tu mesa”, comentó Fernanda Robledo, repostera encargada del montaje.