Estudió finanzas en el Tec de Monterrey, pero luego de ejercer por más de diez años como banquera, la ahora yogui renunció para dedicarse completamente a compartir con los demás, el equilibrio y la tranquilidad en su estudio llamado Sansâra
Jessica fundó su estudio en el que asegura, no da clases, sino que comparte para que los demás también encuentren su equilibrio.
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Al llegar a Sansâra Wellness Studio, la yogui invita a los asistentes a liberar sus pies de los zapatos para entrar en un status de comodidad, en donde un gran ventanal brinda un asomo hacia un parque para estar en contacto con la naturaleza
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Cuenta que viajó a Udipi, una ciudad en el suroeste de India, en donde estuvo tres semanas aprendiendo hábitos, que de acuerdo a su tipo de persona, concordaban con lo que debía hacer en la medicina ayurvédica (que es el sistema médico tradicional de aquel país).
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2El yoga no me gustaba porque me parecía muy físico, no sabía en dónde estaba la parte espiritual, hasta que encontré a una maestra de la Ciudad de México que me hacía escuchar al cuerpo. Entonces también me certifiqué, renuncie a mi trabajo y me fui a India otra vez", comparte
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"Cuando regresé de México, vine directamente a Querétaro, en donde empecé a buscar la forma de dar mis terapias y a la par, compartía algunas clases. Estuve así unos meses, hasta que encontré este local", afirma Jessica
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Jessica cuenta que “Sansâra” tiene varias connotaciones y que la que la hizo vibrar es que a veces creemos que la iluminación es un punto aparte y aquí vivimos en el mundo terrenal; si logramos que la iluminación esté en el aquí y ahora, no hay por qué ir a otro lado
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Finalmente dijo que su maestro le ofreció dar un taller de yoga en Ruanda, África, el próximo año que espera que se concrete