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“Polvo eres, y en polvo te convertirás”, se solía decir a los fieles durante el Miércoles de Ceniza, al inicio de la Cuaresma. En la actualidad en algunos templos se sigue con ese recordatorio. Ayer, los templos de Querétaro fueron visitados por miles de feligreses, que leales al rito, acudieron a marcar sus cabezas con una cruz de ceniza.
Desde temprana hora los templos lucieron abiertos. Adentro todo se preparó para recibir a los fieles. En mesas con manteles blancos se colocaron recipientes con ceniza, donde la gente podía tomarla por cuenta propia o esperar a que el cura o un laico lo hiciera.
En el caso del templo de La Congregación la afluencia de feligreses fue desde antes de las 9:00 horas. En el interior, mujeres y hombres solos, parejas o familias completas acudieron a cumplir con el ritual que marca la Cuaresma y la vigilia en la tradición católica.
Un laico lee un mensaje donde se explica a los católico en qué consiste el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma. Además, en la puerta del templo dos laicas más reparten el tríptico con la misma información, y un sobre de la colecta anual de Cáritas. Ambos, tríptico y sobre, son entregados a quienes ingresan.
“Los cristianos nos inspiramos en el ayuno de 40 días y 40 noches que realizó nuestro Señor Jesucristo en el desierto, a donde fue llevado por el Espíritu Santo para vivir la Cuaresma, que son 40 días de preparación para la solemnidad de la Pascua de la Resurrección”, explica el laico ante un templo lleno a la mitad, y en donde las bancas se recorrieron hacia los costados, para que los fieles puedan entrar con mayor comodidad por el centro.
Las imágenes de vírgenes y santos están cubiertas con paños púrpuras, al igual que el altar. Durante la Cuaresma ese será el color usado por los sacerdotes en sus vestimentas para oficiar misa. El púrpura es símbolo de humildad y penitencia, de acuerdo a los códigos clericales.
A los fieles se les explica que la imposición de la ceniza no es un sacramento, sino un acto sacramental, por lo que cualquier persona la puede imponer, sin necesidad de que sea el capellán.
Luego de unos minutos de oración, el párroco bendice a los presentes quienes salen tranquilos, pues cumplieron con su deber de cristianos de tomar ceniza, símbolo del arrepentimiento de los pecados y la penitencia.
Elizabeth Real Garduño, arquitecto de profesión y quien se dedica a las remodelaciones, salió de La Congregación luego de tomar ceniza. La mujer, de tez clara y cabello largo, dijo que para ella el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma que es un tiempo muy importante, porque es la etapa en la que se tiene la oportunidad de arrepentirse de los pecados y de subsanar el daño hecho durante el año.
“Que toda la culpa que no se nos quita cuando nos confesamos, que esa es la culpa que vamos a pagar en el purgatorio, vamos a limpiar nuestra alma de toda esa culpa, Dios nos da la oportunidad en este tiempo de Cuaresma de ir limpiando toda es culpa, de irnos arrepintiendo, de irnos preparando para el momento tan importante que es la Semana Santa, la Pascua del Señor, su pasión, muerte y resurrección”, aseveró.
Precisó que en las nuevas generaciones se están perdiendo las tradiciones y rituales de esta época, pues a los padres les falta inculcarles esos valores con los que creció una generación anterior.
“Eso es lo que nos está faltando, poderles transmitir ese mensaje toda la cultura, todo con lo que nosotros crecimos fue eso, entonces ya fue parte de nosotros la fe, pero nos ha faltado ahorita, porque la cultura está cada vez más perdida en más cosas del mundo, nos está faltando a nosotros ahora, como padres de familia, inculcarles eso”, subrayó.
Precisó que está de acuerdo con que existe mucha maldad en la sociedad actual, por la falta de educación, además de que hay mucha influencia del exterior, con las películas, los programas de televisión, con las modas, “y con esto de los celulares, del Whatsapp, del Face, ya se globalizó todo. Es un bombardeo de ideas que no son correctas”.
La mayoría de los fieles, efectivamente, son adultos mayores o adultos. Se ven pocos niños, unos llevados en brazos por sus madres, u otros en compañía de sus padres. Los jóvenes solos, son pocos, pero lo hay, principalmente mujeres, quienes con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza inclinada, salen del templo.
Por su parte, fray Miguel Ángel Campos Álvarez, guardia del Santuario de la Virgen del Pueblito, explicó que contradictoriamente los fieles el dan más importancia al Miércoles de Ceniza que a la misma Cuaresma, “para ellos es un pecado grave no tomar ceniza, pero se les ha dicho que la ceniza no es sacramento, es sacramental, por eso los papás pueden venir con los niños y los niños pueden tomar ceniza, con los laicos evangelizados, que también imponer la ceniza, aunque la gente está acostumbrada a que sea el sacerdote quien la imponga”.
Explica, de la misma manera, que en este etapa de Cuaresma y durante las ceremonias de Semana Santa hay muchos significados en los rituales, al tiempo que precisa que de acuerdo al Concilio Vaticano Segundo, el sábado de la Semana Santa era llamado de Gloria, pero no es así, pues se considera que son tres días de duelo.
“Son tres días enteros. Jueves, es víspera, viernes de pasión y sábado santo. Santa es toda la semana, pero los oficios son desde el miércoles, que también son vísperas, hasta el sábado santo en la noche, que inicia la Pascua”, abundó.
Ahora en el sábado santo aún hay mucho silencio, mucha limitación para los alimentos, pues muchos fieles aún lo toman como vigilia, y ya saliendo de la misa de Pascua ya viene la celebración.
Campos Álvarez agregó que aún hay familias respetuosas de las tradiciones y ritos, pues conservar la costumbre de ayunar en Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, pero hay muchos jóvenes que ya no ayunan y no hacen penitencia en la Cuaresma.
Pero más allá de dejar de comer carne de cerdo, res o pollo, dijo, “lo más importante es dejar de criticar, hay que respetar al otro, y lo que Cristo marca en el Evangelio es comparte el pan con tu hermano, es la caridad plena, donde tenemos la oportunidad de vivir las obras de misericordia, que son dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, hospedar al peregrino, visitar a los enfermos y a los presos”.
Todo el día, hasta entrada la noche los templos permanecieron abiertos para que los católicos puedan cumplir con el rito de la ceniza, en el principio de la Cuaresma, que concluirá a mediados de abril, cuando se presente la primera luna llena de primavera, que marca la Pascua judía, antecedente de la tradición cristiana.