De acuerdo con el director de Fomento y Regulación Sanitaria de Servicios de Salud del Estado de Querétaro (Seseq), Alejandro Tenorio Barrientos, el agua de la entidad tiene una cloración de 95%; sin embargo, su purificación se puede contaminar al momento de adquirir el líquido en las purificadoras de agua, esto principalmente, por no lavar adecuadamente los garrafones.

El funcionario aseguró que uno de los operativos que realiza la dirección se enfoca a la salud ambiental, la cual incluye la revisión del agua potable que utilizan los queretanos para consumo humano.

“En el estado tenemos una de las aguas mejor cloradas del país, estamos arriba de 95% en eficiencia de cloración, consideramos que es una agua de muy buena calidad, aunque todavía tenemos lugares que no reciben el líquido, lo cual se abatirá con el programa Agua Cerca de Todos”.

Tenorio Barrientos recordó que es obligación de los ciudadanos revisar que las instalaciones de agua sean las adecuadas, es decir, que tanto tinacos y cisternas se laven y se desinfecten de manera regular, a fin de evitar la contaminación del líquido.

“De manera regular todos los puntos que nosotros verificamos en el estado salen bien, cuando llegan a salir fuera de la norma, la cual establece que tenga de 1.2 a 1.5 partes por millón de cloro se reporta al organismo operador, CEA o Japan y les avisamos para que hagan las acciones correspondientes para que salga clorada el agua”.

Sin embargo, indicó, un punto en donde la dirección enfoca su revisión es en las purificadoras de agua y fabricantes de hielo, las cuales han proliferado en la entidad y por lo tanto es una cuestione a la que se debe poner mayor atención.

“Cuando una persona compra una agua de botella considera que está limpia, entonces de la misma manera hay que comprarla cuando tengan etiqueta, que digan donde se hizo, donde se fabricaron, el lote de cuando fue hecha, lo cual garantiza que la Secretaría de Salud las verificó”.

En este sentido, resaltó, que al momento de la inspección a estas purificadoras, se revisa que el agua que llegue al garrafón sea realmente un líquido purificado, para lo cual se toman muestras que se estudian en el laboratorio estatal.

“Las áreas de mayor riesgo son el área de llenado de los garrafones y el área de lavado, el agua está bien, pero el garrafón no está tan limpio, obviamente podemos tener problemas”.

Recordó que existen purificadoras de agua en donde el ciudadano llena de manera personal su garrafón; lugares en donde el agua está 100% purificada, sin embargo, el problema se origina cuando la población no lava correctamente su recipiente.

“En esta situación, la ciudadanía que utiliza esos garrafones sería importante recordarles que es necesario que laven y desinfecten perfectamente su garrafón con alguna solución a base de cloro y quede totalmente desinfectado y que después no lo dejen abierto para evitar el riesgo de poderse contaminar”.

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