Metrópoli

Del vandalismo al arte urbano

Del vandalismo al arte urbano
01/12/2013 |00:05
Redacción Querétaro
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Al caminar por las calles de Querétaro se observan diferentes muros pintados con grafiti; sin embargo, no son simples firmas o rayones sobre las paredes, sino que éstos son imágenes atrayentes para la vista y poseen una técnica pulcra por su creación y un mensaje profundo.

El grafiti es una acción penada por la ley debido a que es un perjuicio en contra de la propiedad privada; el código penal del estado de Querétaro, en su artículo 202 bis, señala: “si el daño se comete por medio de pintas de signos o grabados, mensajes o dibujos, sobre bienes muebles o inmuebles ajenos o propios que no estén bajo posesión legal de quien los realiza y sin el consentimiento de quien esté facultado para otorgarlo conforme a la ley, se impondrá prisión de seis meses a tres años, o de ciento ochenta a quinientas cuarenta jornadas de trabajo a favor de la comunidad y de 30 a 300 días multa”.

No obstante, esta práctica ha existido desde la época de los romanos, como medio de expresión, a decir de Carolina Nieto Ruiz, maestra en Estética y Arte.

El parte aguas surge con la invención del spray en los años setenta, con lo cual es más accesible y fácil realizar estas manifestaciones.

Al respecto, la publicación Formas de Expresión Juvenil: Graffiti, de la dirección general de Prevención del Delito y Participación Ciudadana a nivel federal, realiza la presentación sobre la definición de dos tipos de grafiti.

“No todos los grafitis están relacionados con la delincuencia, existe el grafiti legal, que es aquel en el que los jóvenes piden permiso a los dueños de bardas o predios para pintar, por lo tanto, está mejor elaborado porque se trata de un trabajo bien desarrollado que plasma ideas, mensajes o simplemente dibujos que pueda admirar la gente, en cambio el grafiti ilegal, que en su mayoría solamente son tags (firmas), se realizan de manera rápida, trasgrediendo las normas y la cultura cívica”, se expone en el documento.

Estos grafitis legales son los que hoy son considerados como murales urbanos, los cuales requieren de una interacción con la comunidad y deben ser nutritivos para el lugar, a decir de Sergio Morales a.k.a Desick, artista urbano egresado de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP).

Otros artistas como Osvaldo a.k.a. Os Ley, artista del Distrito Federal, menciona que “la idea es entregar una parte del artista y obtener algo a cambio. Pinto lo que vivo, lo que percibo en la calle y como persona en general es lo que pinto, entonces lo veo más como un ciclo, como devolver lo que estoy obteniendo, de esta forma se logra un arte que es de la sociedad para ella misma”.

De la misma manera, David Bravo, diseñador sustentable graduado de una institución sueca y residente en Querétaro, menciona que la diferencia del arte urbano se encuentra en que es público, es de todos y no es visto como una propiedad.

“Yo empecé desde chiquito en Arquitos rayando paredes. Te das cuenta que al final rayar una pared te regresa a patear el trasero, porque si tu rayas en tu colonia, la colonia se hace más fea, la gente pasa menos por ahí y al día siguiente que estás rayando la siguiente pared te están asaltando al mismo tiempo. Entonces me di cuenta que no era tan propositivo y quise hacer lo mismo pero de manera creativa en lugar de destructiva”, explica David Bravo, quien además de ser artista urbano es gestor social en Querétaro.

Tal como David plantea, no todo el grafiti es propositivo. Carolina Nieto refuerza esta opinión al exponer que “las placas son cicatrices en la ciudad, hablan de que hay dolor en la ciudad, hay gente inconforme y agrede a la ciudad, por el contrario, el mural es liberación del dolor pero no nocivamente, sino a través de la construcción y el embellecimiento”.

Asimismo, la experta en arte explica que para poder considerar algo como arte es necesaria la convivencia armónica de tres elementos: un objeto valioso con características estéticas que conmuevan, un público que aprecie el objeto y la legitimación por parte de una institución.

De esta forma, el reto para los artistas es la institucionalización de su obra, pues el trabajo que realizan posee altos estándares técnicos y, al ser arte urbano, en palabras de Carolina Nieto, “está en cualquier lugar y la gente que pasa lo puede apreciar”.

Saber Se Estrategia y Operación es precisamente una de las instituciones que desarrollan proyectos de prevención y a nivel nacional legítima el arte urbano. Uno de sus proyectos en Querétaro hace uso del grafiti y el muralismo urbano con el objetivo de fortalecer las habilidades para la vida.

“El grafiti y en general el arte te sensibiliza, te enseña todas las capacidades que tienen. El arte tiene esta posibilidad de llegar a tu lado humano (…) todo tiene que ver con un mensaje, el mensaje precisamente de que si fortalecemos nuestras habilidades para la vida, nuestros valores, la autoestima, si vemos que hay muchas posibilidades dentro de uno mismo, vamos a lograr que los jóvenes sean sanos y fuertes”, explica Claudia Montero, integrante de esta Sociedad Civil.

El proyecto en Querétaro se lleva a cabo en el Centro Integral de Prevención Social (Cipres) y forma parte del objetivo de la directora de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, quien pretende tener todo el CIPRES pintado con grafiti con mensaje, a decir de Marco Antonio López, encargado del proyecto por parte de la sociedad civil.

A pesar de los esfuerzos que se realizan, Sergio Morales - Desick -, quien lleva apenas un año en Querétaro, explica que aún sigue siendo difícil conseguir espacios porque la gente se ha fijado una imagen impuesta sobre lo que es el grafiti.

Para Desick, “la gente sigue sin abrirse, pero todas las personas que estamos alrededor de esto nos hemos organizado de mejor modo, es así como hemos logrado que se abran más espacios, entonces no ha sido tanto cuestión de las personas sino organización entre todos los que estamos pintando y estamos haciendo cosas”.

Tal es el caso de David, quien después de ingresar al proyecto Ciudad Mural, del Colectivo Tomate, mostró su talento como gestor social y ahora se dedica a esta actividad en la cual busca inversionistas, apoyo del gobierno, así como gente que quiera participar y llevar artistas para sensibilizar a la gente mediante la participación en su colonia, su centro o su casa.

A pesar de que el grafiti está penado por la ley, hoy en día se promueven programas para que se haga uso de este recurso y promover otros valores, lo que es necesario es “cambiar el paradigma y la manera en que lo pides es la manera en que se da”, según dice Claudia Montero, integrante de Saber Se.

“La tendencia ahora está en ver el arte como más allá de lo hasta ahora planteado, el museo se empieza a abrir, entonces empieza a buscar manera de verse fuera de la sociedad pero que la sociedad siga entrando (…) entonces lo cotidiano se puede sacralizar, no es que se va a destruir la sacralización sino que empezamos a ver que hay objetos bellos, grotescos o sublimes, apreciables en todos los contextos”.

Agrega que “va a seguir habiendo arte urbano, no se va a cerrar la sacralización porque se necesita una legitimación, se necesitan esos espacios de silencio en donde se enseñe a apreciar (…) se van a empezar a vincular”.

Tal es el grado de esta nueva tendencia que el mismo documento de la dirección general de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, Formas de Expresión Juvenil: Graffiti, propone la apertura de espacios públicos para la expresión de los jóvenes, así como la creación de concursos, exposiciones y festivales, además del fomento a la participación de los jóvenes en actividades que eviten el vandalismo.

Es así como en Querétaro y en México en general, han surgido diferentes instituciones que promueven el llamado arte urbano. De esta forma se encuentran festivales como Board Dripper, Meeting of Styles, Nueve Arte Urbano, entre otros, en un inicio organizados por los artistas pero ahora sustentados por instituciones como el gobierno, empresas privadas como Osel u otros, de tal forma que el acto vandálico ha sido llevado a convertirse en verdadero arte y a sumar en lugar de perjudicar.