Un dicho rural entre los productores de Jitomate de Jalpan dice: “Con esto o te haces rico o quedas pobre para siempre”.

Y es que la producción del jitomate en la región serrana ha dado grandes resultados pero, al mismo tiempo, a hecho quebrar a una veintena de agricultores que, esperanzados por la venta de una temporada, invierten todo su capital en la siguiente siembra y es cuando ha aparecido la catástrofe, las torrenciales lluvias, la helada, el calor. Además la oferta y la demanda del producto han provocado que inversiones, incluso millonarias y con tecnologías de punta, queden sólo como un buen recuerdo.

Los apoyos gubernamentales han sobrado a lo largo de la historia, incluso diferentes empresas empacadoras han venido a comprar directo a la cosecha, sólo que la falta de unidad en el municipio de Jalpan ha hecho que los productores emigren a la demarcación vecina de Arroyo Seco, donde la grilla no aparece y se apoyan mutuamente para buscar el mejor precio.

Regularmente al pensar en la Sierra Gorda nos imaginamos un lugar abundante o con muchas necesidades, pero también es un lugar de oportunidades. Los jitomateros pertenecen a diferentes grupos de dos municipios del estado de Querétaro y que, ahora, en Conca Arroyo Seco están teniendo un impulso y un desarrollo considerable.

El ingeniero Mario Ulises Ramírez Altamirano, director de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (SEDEA) regional, nos comenta que esta dependencia tiene a su cargo todo lo relacionado con el sector agrícola, ganadero, apícola, forestal, acuícola y, este año, se apoyará a los horticultores de Conca.

Esta zona está bendecida por Dios, ya que cuenta con suficiente agua y tierras muy fértiles y por generaciones han sembrado jitomate, chile, calabacita, afirma. Este año, en conjunto con la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, se pondrá una bodega y una empacadora de jitomate.

Además en diciembre pasado se les entregaron 32 mochilas aspersoras que en total costaron $404 mil pesos. Este año se construirá la empacadora y el plus será facilitarles la cosecha, ya que, aunque esté lloviendo, la fruta no se pudrirá, porque esta empacadora pasa el jitomate por unas bandas que lo secan y lo encera y así se conserva mucho mejor, además mejora su precio en el mercado.

Por generaciones, los agricultores cortaban el jitomate mojado y así lo dejaban, entonces se echaba a perder muy rápido, lo cual ya no pasará con la nueva tecnología, explicó.

En la zona de Conca aproximadamente están sembradas más de 70 hectáreas de jitomate y en Jalpan son 110 hectáreas en donde se siembra esta hortaliza.

Sin duda, todo mundo está volteando los ojos a Conca, ya que cuenta con tierras muy fértiles y cuando se cumple el ciclo del jitomate, empiezan a sembrar chile y al terminar esta temporada siembran calabacita, y así, para que las tierras no queden ociosas por mucho tiempo, como sucede con otros cultivos como el maíz y el frijol.

Son 32 personas que están integrados en una cooperativa llamada “Asociación de Horticultores Los Puentes, S.R.L”

La expectativa es grande para los agricultores ya que se planea que en esta bodega se concentre toda la producción, para venderlo en mejor precio. El año pasado vendieron la caja hasta en $450.00 pesos, después de la inundación de las tierras jitomateras de Sinaloa.

Pero no siempre es así. Ahora está muy barata la caja y, al tener la bodega, se esperarían a un mejor precio. En la temporada pasada se observaban camiones cargando el jitomate proveniente de Guanajuato, Querétaro, Tampico y Tuxpan Veracruz, ya que no había jitomate en otras zonas, por esa razón es que subió tanto el precio, así es la ley de la oferta y la demanda, agrega.

La mayor producción se encuentra en Conca, aunque con más hectáreas sembradas en el municipio de Jalpan, pero desgraciadamente la producción es menor en esta zona que en Conca por la cantidad de agua que se necesita para este tipo de hortaliza. Por eso deja de ser un área de oportunidad para otros productores que dejan de sembrar los cultivos tradicionales, que han desgastado nuestra tierra, y ya no obtienen ni lo indispensable para sobrevivir y menos para vender y obtener una ganancia.

Aunado a la escaza productividad de las tierras de Jalpan de Serra, se suma la falta de unidad del gremio, que en muchas de las ocasiones prefiere regalar a la gente su producto, antes que venderlo, costumbre que ha sido heredada de generación en generación.

Se ha aprendio del acierto y del error y la esperanza de muchos serranos se está centrando en la producción del jitomate, convirtiéndolo en el oro rojo de la sierra.

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