De 150 a 200 pesos cuesta arreglar una llanta averiada por los baches, pues se revientan por las orillas por lo que el parche es diferente al de una ponchadura común y el sellado requiere de mayor esfuerzo.

Así habla El Tano, como le dicen sus compañeros, quien trabaja en la vulcanizadora “Los Chinos”, que se ubica en la lateral de la 57, en la colonia Villas del Sol. Cinco personas en el local esperan con una franela roja para abanderar (invitar) a los automovilistas a reparar sus coches.

“Trae bien harta suerte esta agüita”, dice Tano cuando preguntamos qué tanto trabajo tienen por los baches. Durante la temporada de lluvias, explica, llegan más automóviles para reparación, unos cinco o seis servicios del día son por esta causa.

“Sí, sí llega más chamba, nomás llueve y luego luego caen los clientes, pero eso de los baches es de siempre nomás que sí se nota más cuando hay agua, está feo eso de que se les descomponga el coche pero para nosotros es más ‘jale’”.

Tano tiene 14 años trabajando en la misma vulcanizadora, pero toda su vida ha sido “talachero”, desde que la central camionera operaba en Zaragoza y luego en Pasteur; llegó también a la terminal que opera actualmente, cerca del estadio Corregidora, y ahora está todos los días cerca de “la 57”.

“Aquí somos buenos y baratos, en otros lados andan cobrando 300, 400 pesos”, agrega Alex que también trabaja en el lugar; coincide en que la temporada de lluvias aumenta el trabajo. Explica que los baches provocan que las llantas se revienten “por las orillas”, por lo que tienen aberturas desde uno hasta 10 centímetros.

“Luego llegan unos con unas rajadotas, esos baches son bien malos para las llantas; cuando son ponchaduras es porque se mete algún clavo, o por piedras, pero con los baches se hacen chipotes y se va desgastando o a veces nada más se revientan aunque la llanta esté bien”.

Pero las llantas dañadas no son las únicas consecuencias, los baches también pueden dañar las orquillas, rótulas, suspensión y hasta la dirección dependiendo de la velocidad en que se circule cuando se cae en los hoyos del pavimento, explica Juan, quien tiene su taller mecánico en la colonia San Pablo.

“Se pueden gastar desde mil pesos hasta 8 o 9 mil pesos para reparar un coche, pero es cuando ya están muy dañados; una vez tuve un caso de un Tsuru que de plano se atoró allá por Sombrete, se descompuso la dirección porque se te ladea el carro, los amortiguadores chorrearon y fue trabajo como de cuatro días”.

Recurso para reparar baches. De acuerdo con el director de Operaciones de la Secretaría de Movilidad en el municipio de Querétaro, Manuel Ogando Pérez, se tiene un presupuesto de 55 millones de pesos este año para acciones de bacheo.

Son 50 millones que aplica directamente la dependencia, a través de sus cuadrillas de trabajo, y 5 millones de pesos que se pagan a la empresa de Abraham González Martell, ex presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Querétaro.

El contrato estipula que esta empresa debe trabajar para atender los reportes ciudadanos relacionados con la reparación de baches; los 5 millones deben servir para dar los servicios de un año, o bien cuando se agote el recurso pagado.

El funcionario municipal reportó que durante la temporada pluvial los reportes ciudadanos para la reparación de baches crecieron en 40%, es decir, 80 más de los que reciben en temporada de secas.

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