Una buena parte de los locatarios y comerciantes deben de buscar ingresos alternos, como conseguir otro trabajo, además de emplear a sus familiares en lugar de contratar a otras personas, afirmó el presidente de la Federación de Uniones de Comerciantes Queretanos (FUCQ), Rafael Granados Guerrero.

“Se le da empleo al hijo, al sobrino, al hermano, como está la situación económica tenemos que echar mano de la misma familia dándoles empleo”, indicó.

Explicó que por las bajas ventas que presentan giros como el de la ropa han disminuido las plazas laborales que ofertaban este tipo de negocios, pues anteriormente podían dar trabajo a cuatro o cinco personas, teniendo que reducir esta cantidad a dos.

“La crisis económica nos está pegando muy severamente, insistimos y vemos que el gobierno federal maquilla las cifras, de la macroeconomía y las inversiones. De las inversiones aquí no hemos visto nada, no llega la inversión extranjera o nacional no llega al bolsillo de las familias”, dijo.

Sostuvo que la reducción de empleados ha sido en los últimos seis años e incluso por las bajas ventas y las ganancias magras, 10% de los comerciantes han tenido que buscar otros trabajos para complementar sus ingresos.

Aunado a lo anterior, agregó, los comerciantes deben de lidiar con los robos en sus locales que han aumentado en el último trimestre del año, ya que hay más “actividad” de carteristas y farderas, por lo que consideró necesarias acciones de seguridad para inhibir este tipo de ilícitos.

“Los mercados, los tianguis, todo está lleno de franeleros, lleno de lavacoches que desafortunadamente nos ahuyentan la clientela en nuestros centros de trabajo. La autoridad no nos ha hecho caso, hemos hablado con todo mundo y se hacen omisos”, puntualizó.

La presencia de franeleros en los mercados públicos es constante en la capital del estado y en algunas ocasiones se encuentran bajo el influjo del alcohol o de otras tipo de sustancias tóxicas que les altera n el estado de ánimo, lo que atemoriza a la gente que acude a comprar a estos centros de abasto, por lo que prefieren acudir a los centros comerciales, donde si bien hay gente que lava los automóviles o hacen las funciones de franeleros, suelen estar más vigilados por el personal de las tiendas o las plazas comerciales.

Lo anterior contribuye a que las ventas en los mercados municipales y privados disminuyan, razón por la cual sufren afectaciones la gran mayoría de los comerciantes tradicionale.

Sumado a la presencia del comercio informal, que representa una competencia desleal, ya que no cumplen con la responsabilidad cívica de pagar impuestos y no tienen que reunir con todos y cada uno de los requisitos que solicitan las autoridades para operar de manera legal.

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