Metrópoli

Conservan tradición artesanal

Conservan tradición artesanal
02/11/2013 |02:09
Redacción Querétaro
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La tradición del pan de muerto continúa viva en el corazón de los maestros panaderos; la representación de los huesos en ese alimento es para recordar a las almas el cuerpo que tenían en vida, según comentan.

Esta especie de pan sólo se vende durante los tres días de celebración de los muertos para adornar las diferentes ofrendas.

De acuerdo con el panadero Antonio Sánchez, la preparación del pan es para la celebración de dos días; el día 31 de octubre, que es cuando se festeja a las ánimas, para dar paso a los fieles difuntos los días 1 y 2 de noviembre.

“Los antepasados decían que celebraban realmente dos días: uno era el día de las ánimas, para ese día se elabora una especie diferente, es un pan como que muy casero, muy artesanal, ese es el del día de las ánimas, el 31 de octubre”.

“En cambio, el que se brinda para los días primero y el 2 de noviembre, se da el pan de muerto, que es (una ofrenda) para los que ya se encuentran lejos de nosotros”.

Este arte de hacer pan está muy arraigado entre los panaderos que en estas fechas elaboran, en promedio, 500 panes al día para poder satisfacer la demanda.

“Las personas que todavía acostumbran poner ofrendas y visitar a sus seres queridos en los panteones son los que más llevan estos panes”, dice Antonio Sánchez.

La preparación

Panes de un kilo de masa, de medio kilo y de un cuarto se ofrecen en las panaderías, que de forma artesanal elaboran estas delicias, a base de huevo y harina, no llevan agua o leche para su elaboración, por lo que el producto queda esponjoso y suave, además de esencias de naranja y otros cítricos.

“Una vez que sale del horno, antes de que se enfríe por completo le damos a cada uno un baño en azúcar, con lo que queda dulce.

“De acuerdo con nuestros antepasados, las tiritas que se ponen encima de los panes representan los huesos que solían tener las almas que bajan a visitar a sus familiares, la bolita que corona cada pan significa la cabeza de cada difunto, por lo que una vez que ellos tienen la oportunidad de llegar a la tierra pueden nutrirse con este pan y obtener un nuevo cuerpo al menos por estos días”, detalla el panadero.

El trabajo artesanal se mantiene vivo a través de las manos de estos panaderos que aún encuentran aprendices para seguir con la tradición que data de antes de la conquista de nuestro país por parte de los españoles, dijo Antonio Sánchez.