Ante la ola de asaltos que en los últimos días se han estado presentando en la zona centro y norte del primer cuadro de la ciudad de Querétaro, algunos comerciantes han optado por cerrar sus negocios, pues además de haberles robado su mercancía y dinero, sus artículos de trabajo como básculas, monitores y hasta cajas registradoras les impiden ofrecer sus artículos, aunado al temor de que otra vez sean asaltados de forma violenta.
Algunos empleados de los comercios violentados han renunciado, pues ante la forma en como fueron atracados, los mantiene asustados ya que en algunos casos al despojarlos de sus identificaciones los amenazaron en ir por ellos en caso de denunciar.
Es en las colonias El Retablo, El Tepetate, Centro y aledañas, donde los asaltos comenzaron a dispararse de forma considerable, según comerciantes y vecinos, pues a decir de los afectados, la forma en cómo se están realizando rebasa los límites, ya que al utilizar la violencia no sólo verbal si no física, los ha obligado a tomar nuevas medidas de prevención, antes de que sufran consecuencias mayores.
“Antes era una o dos veces cada dos o tres meses o a veces nunca, pero de como unos dos meses hacía acá esto se puso terrible; cada vez utilizan más la violencia, es por eso que tenemos miedo de que el día de mañana no sólo te roben si no que hasta te maten como en otros estados”, señaló uno de los comerciantes.
A decir de varios comerciantes establecidos, algunos de sus colegas han decidido cerrar sus negocios ya sea temporal o definitivamente, pues les es imposible volver a surtirlos y volver a comprar sus utensilios de trabajo.
“A una señora que vendía pollo acá en la avenida San Roque, le robaron lo de la venta, sus cuchillos y hasta las tijeras. Cómo va a poder vender, ahora dice que va a esperar a comprarse todo para empezar de nueva cuenta”, señaló un vecino de la colonia España.
Ante esta situación, los vendedores solicitan una pronta solución a las autoridades estatales y municipales, pues señalaron tienen miedo de que los insultos o golpes que reciben por parte de los asaltantes, el día de mañana sean rebasados y cobren la vida de alguien.